Revista Jurídico
Como ya debes de conocer, un hatajo de funcionarios sinvergüenzas -me da igual si son 20, 40 o 100- de la Ciudad de la Justicia de Valencia fueron pillados in fraganti por un periodista que los grabó mientras, como cada mañana, acudían a fichar en su lugar de trabajo para a continuación abandonarlo sin siquiera sentarse en su silla. La respuesta de algunos funcionarios, como debes de conocer también, consistió en emular a los proetarras y colgar en los tablones de anuncios de algunas dependencias judiciales la foto del periodista que hizo su trabajo, Ramón Ferrando(de Levante-EMV), fotos que retiró la Guardia Civil después de varios días y que fueron repuestas por los mismos cobardes, que si después hay una agresión dirán que ellos solo colgaron una foto. Hay tantas cosas que me sorprenden de este suceso, que paso a enumerarlas sin más:
Funcionarios: La mayoría de los funcionarios de la Ciudad de la Justicia son gente trabajadora y cumplidora de su horario, no lo dudo, pero estoy esperando que alguno se escandalice públicamente por la actitud de esos malos compañeros que dañan la imagen del colectivo y se burlan de los contribuyentes y de sus propios colegas. En las cartas al director solo he visto enfado con los periodistas y con quienes han criticado a los jetas, cuando los primeros estafados son ellos. En cualquier centro de trabajo serían los propios compañeros quienes denunciarían a quienes se escaquean. Aquí hubo alguno que se lo sopló al periodista, pero nadie puso, por ejemplo, carteles anónimos en los tablones denunciando esta situación.
Sindicatos: "No es nuestra tarea denunciar a los funcionarios que fichan y se van, es de la empresa". Con esta frase se retrató el responsable de UGT en el área de Justicia, quien admitió que el sindicato sabía que en "20, 30 o hasta 50 trabajadores es un hábito continuo burlar el control horario". Esto se llama colaboración por omisión, como quien ve un grifo abierto y deja que corra el agua inutilmente porque no le pagan por cerrarlo. No es su tarea. La tarea de los sindicatos de Justicia en Valencia durante muchos años -¡qué casualidad!- fue tratar de evitar que se impusiera el control horario, con lo bien que les funcionaba la autoregulación. El resto de sindicatos tampoco ha salido a condenar la actitud de los holgazanes que empañan la imagen del resto.
Autoridades: No van a hacer nada para castigar a quienes han tenido la cara dura de trabajar menos horas de las que les tocaban -al menos, descontárselo del sueldo- y, al parecer, tampoco contra los presuntos delincuentes que han colgado las fotos del periodista. Tienen las grabaciones de Levante-EMV y supongo que habrá cámaras en la entrada de la Ciudad de la Justicia y en las dependencias donde se colgaron los pasquines. Pero no hay ganas de investigar ni de removerlo. Tanto el conseller del ramo, Rafael Blasco, como las autoridades judiciales se han molestado más por el bochorno sufrido que por los hechos en sí y da la sensación de que preferirían que no hubiese salido a la luz.
Por último, doy mi enhorabuena a Ramón Ferrando y me sumo a la condena de la Unió de Periodistes Valencians al acoso sufrido en la sede de la Justicia en Valencia.