La filosofía slow es la respuesta a un mundo de consumo rápido e inmediato. El slow food celebra los alimentos de proximidad y la cocina con cariño. La slow fashion promociona a los diseños sostenibles y los materiales ecológicos o reciclados. El concepto slow requiere una reflexión qué va más allá de los resultados inmediatos (una prenda, un plato) y toma en cuenta su gusto, su textura y el impacto sobre el entorno. Entiende que la calidad es el resultado de un proceso de aprendizaje y maestría.
Al igual que tus hábitos.
El mito del cambio inmediato
¿Cuándo fue la última vez que quisiste cambiar algún hábito en tu vida? ¿El año nuevo? ¿Tu cumpleaños? ¿El nuevo año lectivo? Normalmente estos propósitos se presentan de la siguiente manera:
- A partir de mañana iré cada día al gimnasio.
- Hoy dejaré de fumar.
- Mañana empezaré a levantarme temprano.
En el fondo se trata de la creación de nuevos hábitos, hábitos que te pueden ayudar a crear tu propio éxito, ya que te proporcionan más energía o más tiempo (o ambos). Sin embargo, el simple propósito no es suficiente.
Todos conocemos aquel amigo de un amigo que dejó de fumar de un día al otro. O aquella conocida de tu vecina que antes ni conseguía subir las escalera y acaba de correr su primera maratón. Estas historias vienen acompañadas con la mítica frase del “es que un día decidí, que…”, creando la ilusión que todo lo que necesitas es tu motivación. Si no lo consigues, la fracasada eres tú.
La clave está en los detalles
No me lo creo. Si la simple decisión fuera suficiente, no harían falta más propósitos de año nuevo. Las habrías cumplido hace años. En la vida real, los hábitos requieren su tiempo (algo poco popular en este mundo de los resultados instantáneos) y su preparación.
Si quieres ir al gimnasio: ¿en qué horario irás gimnasio? ¿Cómo llegarás? ¿Cómo te aseguras de tener el material contigo? ¿Qué harás en el gimnasio? ¿Por cuanto tiempo? ¿Tienes suficiente tiempo todos los días? ¿Lo puedes incluir en alguna rutina que ya conoces? ¿Los días que no puedes ir, harás alguna actividad alternativa? ¿Todos los días también incluye los fines de semana?
Si estás preparada, tu cerebro no te puede pillar de sorpresa.
Desarmando las propias excusas
Los detalles son tan importantes, porque son la base de las excusas que indudablemente surgirán el momento que empiezas a poner tu nuevo hábito en acción. Recuerda, tu cerebro prefiere que todo se quede tal como está ahora, es menos trabajo para él. Si le pones fácil de fabricar una excusa, tus propósitos desaparecerán como el rocío por la mañana.
La próxima vez que te propones algo, fíjate en los detalles. ¿Qué puede ir mal, y cómo te puedes preparar por ello?
Si quieres conquistar finalmente aquel hábito que tanto te cuesta, echa un vistazo al nuevo curso de creación de hábito. A partir del 8 de abril podrás contar con mi ayuda personal para poner en marcha un hábito de tu selección (y incluirlo en tu vida, una vez por todas).Aprende a crear tus hábitos para el éxito.