Al menos por ahora, me parece que está bueno no decir quién soy. No sé cómo voy a sentirme después, pero hoy me parece divertido que nadie tenga idea de que yo soy ésa, o de que ésa soy yo. Por el momento no hay nada específico y tampoco es que quiera sostenerlo a muerte.
(…)
No es por miedo. Desde que empecé, no hubo ninguna agresión que me haya atemorizado. No hubo nada feo como para reaccionar y tomar precauciones. No… Todo lo contrario”.
Algunos seguidores la llaman Fachi.
Valeria es Fáchima y Fáchima es Valeria. El nombre de pila basta para presentar a la creadora de la brasileña macrista que causa sensación entre los usuarios argentinos de Facebook. La actriz porteña accedió a conversar con Espectadores el miércoles pasado, en un barcito del barrio de Villa Ortúzar. Por razones obvias, no hay fotos del encuentro.
Al principio de la cita, el timbre de voz es la única marca de Fáchima reconocible en Valeria. Al poco tiempo, el personaje aprovecha algún movimiento de manos de la actriz, la pronunciación defectuosa de algún plural, para colarse de manera subrepticia en la charla.
Espectadores: ¿Cuándo nació Fáchima?
Valeria: Apareció por primera vez en 2010, en una obra de teatro chiquita que hicimos con unos amigos y que duró varios meses. En 2015 creé la página de Facebook para pavear. Después de la asunción de Mauricio Macri, retomé el personaje para aliviar la impotencia y el desconcierto absolutos que sentí. Como la respuesta fue muy buena, hubo muy lindas devoluciones, a partir de marzo aumenté la frecuencia de los videos.
E: ¿Cómo preparás los videos?
V: Yo consumo mucha información. Mientras miro tele y leo diarios, los temas se me van fijando en la cabeza. En un momento empiezo a hablar como Fáchima y tomo nota de lo que digo como Fáchima. Me queda entonces una guía desorganizada que después evalúo, redondeo y pruebo. Cuando me siento lista, me filmo con mi teléfono celular, que es bastante bueno. Cuando filmo sola, me filmo en casa.
E: Es casi un acto de generación espontánea…
V: Es bastante espontáneo, como una reacción a, una necesidad también. Cuando el tanque se me llena de noticias, me meto en el baño, me pongo la peluca y vomito. Es eso más que nada.
Fáchima era una estafadora muy simpática en la obra de teatro titulada Jorge.
Valeria es docente de teatro. Ante la pregunta sobre su propia formación, menciona al pasar a Cristina Banegas y luego se detiene en Nora Moseinco. “Ella es todo” dice de su maestra.
A los seguidores de la brasileña macrista no les sorprenderá saber que su creadora se especializó en improvisación. “Cuando hago de Fáchima, es como si estuviera poseída. Mi guía es ser incorrecta y decir todo al revés de lo que diría yo. Eso es lo que me sostiene tan tranquila sobre el tema que me preguntes”.
La entrevistada se declara admiradora de Diego Capusotto y Fabio Alberti. Del primero, le encanta “todo lo que pone en evidencia” en Peter Capusotto y sus videos. Cuando habla del segundo, se detiene especialmente en Todo por dos pesos y reivindica el ejercicio de un “humor demencial” hecho en base a “cosas muy sencillas, incluso berretas”.
E: ¿Cómo trabajás con los actores a cargo de los personajes que a veces acompañan a Fáchima?
V: Con los demás actores se pone en marcha una mini logística. Somos todos grandes, cada uno tiene su vida así que ya quedó el domingo medio reservado. Dependiendo de quién puede o no, nos encontramos, proponemos una guía de temas que nos parecen fundamentales, y empezamos a hacer pruebas. En ningún caso hay mucha programación. Se hace, se prueba una, dos, tres veces, las que haga falta, y ya está.
E: Otra vez se impone la improvisación…
V: Sí. El ensayo gira más alrededor de la improvisación como herramienta que de la específico de los temas elegidos. Estamos bastante entrenados en ser concientes de que hay otro actor, de que no debemos hablar al mismo tiempo.
E: ¿Cómo fueron apareciendo estos personajes?
V: Eso también se dio de manera espontánea. El actor que hace de Óscar empezó a escribirme y a mandarme audios del personaje diciendo que quería conocer a Fáchima. Con él somos amigos desde hace bastante. Me pareció perfecta la incorporación de ese personaje porque, sin ánimo de generalizar, en América Latina la alegría es brasileña y el fascismo es… chileno. Por otro lado, el actor es sanjuanino así que le sale muy bien el acento chileno.
Después me escribió Ximena, la actriz que hace de la cordobesa, personaje que representa a la provincia macrista por excelencia. A los actores que interpretan a los kirchneristas los llamé yo. De ellos digo que representan el sentido común: tenemos dos sentidos comunes (risas).
El chileno Óscar y la cordobesa María de los Ángeles escoltan a Fáchima. Desde atrás, “los dos sentidos comunes” intervienen cuando los dejan.
E: Al sentido común, Fáchima lo deja bien atrás…
V: Me gusta evidenciar cosas que miro en la tele, y que no puedo creer. Eso de darle espacio al que opina como el conductor: no te tapo, no te agredo, no te maltrato. A vos que pensás distinto, callate, no digas nada. En los videos lo recreamos tal cual.
E: En mayo alcanzaste los diez mil seguidores y en junio ya superaste los 13 mil. ¿Estás pendiente de estos números?
V: No les presto mucha atención. Les doy más bola a los Me gusta, a la cantidad de gente que comparte los videos, a los comentarios. Me encanta cuando me hacen comentarios que me hacen reír, y que me doblan la apuesta.
E: ¿Cada cuánto actualizás la página de Facebook?
V: Trato de que no pasen más de tres o cuatro días entre videos. Me pongo en el lugar del que me consume. Por suerte sobra material: siempre hay algo para comentar. Ésa es la parte más sencilla del trabajo.
A raíz del tema de la frecuencia de publicación, Valeria se declara admiradora de la abuela Neli. “La amo”, dice sin tapujos sobre la tata antimacrista que se hizo famosa a partir de este video. “Me encantaría verla más seguido”, agrega.
E: ¿Qué planes tenés para Fáchima?
V: Estoy viendo. Si bien éste es un formato berreta, me gusta y funciona. Me escribe un montón de gente pidiéndome que le avise si hago teatro. Y quizás sí, no sé. No quisiera romper o hacerle daño al personaje.
Valeria adelantó que la empleada doméstica volverá a colarse en algún video de Fáchima.
E: ¿Cómo definirías tu relación, tu historia personal con la política?
V: Mi papá, que ya no está, era un súper militante de los ’70. Mi mamá, menos porque tenía tres hijos (mis hermanos y yo) pero militó en el Partido Intransigente ni bien volvió la democracia. Podés tomar otro camino pero quedé medio ahí. Sin embargo, en los ’90, fui la típica jovencita a la que la política no le importaba nada. Entre 1998 y 2005 viví en Italia, y cuando volví a la Argentina no entendía ni me interesaba nada. Seguía con el discursito de Son todos mentirosos, algo que ahora me da pudor recordar.
Luego empecé a observar que el mundo que me rodeaba -muchos artistas- estaba mejor. Las clases de teatro se multiplicaban. Por el apoyo a los organismos de derechos humanos, por las políticas de inclusión social, porque nos sacaron la venda ante el manejo de los medios de comunicación, por ésas y otras tantas cosas me incliné por un apoyo -no ciego- pero apoyo al fin.