El tercer día decidimos ir a Chamonix, estando tan cerca era imposible no ir a visitar el Mont-Blanc, a estos sitios nunca se sabe cuando vas a volver.. ;)Llegamos a Chamonix y el follón era enorme, me refiero a la cantidad de gente, veníamos de Suiza que aún yendo a sitios turísticos no había ni gente ni colas, en cambio aquí era una pasada. Compramos los tickets para subir al Aguille du midi y había una cola de dos horas. La gente se quedaba allí a esperar. Nosotros decidimos aprovechar para ver Chamonix, es el típico pueblo de montaña o mas bien diría que es como Andorra pero donde todas las tiendas tienen que ver con deportes de montaña, un paraíso...jajajaEso si, algunas eran de mírame y no me toques, es decir, eran prendas buenas, especiales para el frío pero muchas con precios inalcanzables. Pero he de confesar que encontramos las del precio adecuado y no pudimos resistirnos, entre ellas la chaqueta que lleva mi hijo mayor en las fotos de abajo.Y llegó la hora de subir, había que coger dos teleféricos y es que nos íbamos a 3842m de altura, casi nada...Las vistas eran espectaculares, rodeados de cuatromiles y una vez arriba imponían mas si cabe. Desde las terrazas de arriba era un espectáculo, aparte de ver el Mont-Blanc, ver a los alpinistas alcanzar su cima, te podrías pasar horas viendoles llegar, sus rutas acababan en unas escaleras de hierro que habían en las terrazas, se pegaban la paliza subiendo y luego bajaban en el teleférico junto con nosotros, tenías la oportunidad ver de cerca todo el instrumental que llevaban.También había gente que había montado tiendas de campaña en la base del Mont-Blanc supongo para intentar la subida y otros que iban en grupo haciendo ruta por la nieve, por que no hace falta decir que allí había nieve por todos lados y que hay que ir super equipados. Un par de días después de estar nosotros allí daban la noticia que un grupo de gente había muerto intentando coronar el Mont-Blanc y no me extraña, de cerca asusta bastante.Y para sustos la habitación de cristal, una estancia de cristal transparente y en el aire. No se si me explico, la habitación sobresalía de la estancia principal por lo tanto cuando mirabas para abajo era como caída libre al vacío. Todo el mundo entraba con miedo, muchos ni miraban para abajo, aparte te ponían unas zapatillas para no rayar con tus botas o bambas el cristal y que pudiese llegar a romperse y eso claro ya te pone en alerta, pero está gracioso tiene su punto. Iván no miró para abajo y yo entré agarrada a mi hijo, por si acaso..jajaja No me gustó que ellos te dicen cuando bajar, si tu quieres bajar antes no puedes, te toca cuando te toca. Ya te ponen restaurantes y tiendas para entretenerte. Y eso que hay gente que le sienta fatal la altura, a nosotros no nos pasó nada, bueno de vez en cuando se te iba un poco la cabeza o el subir escaleras, que tenías que tomarte tu tiempo, te cansabas mucho si subías deprisa. Pero había gente totalmente ko y blancas como la pared, yo vi a cuatro.
Eso si, nosotros llevábamos nuestros super bocatas de jamón que nos sentaron de lujo... ;)
Aquí el día no estaba muy en condiciones y decidimos no hacer ruta, tampoco nos daba tiempo de mucho mas, teníamos que volver a Suiza.
Y ya que estamos hablando de Chamonix y de que allí todo estaba preparado ya para la UTMB, yo aprovecho desde aquí para felicitar a uno de los míos, Miguel Rubio, que después de mucho pelear por ello consiguió uno de sus sueños, ser finisher de UTMB o lo que es lo mismo The North Face Ultra Trail Du Mont-Blanc.
Ya lo había intentado en un par de ocasiones pero pese a conseguir los puntos no había salido elegido en el sorteo. Este año lo intentó de otra manera, decían que yendo en grupo tenías mas posibilidades así que se apuntó junto a Oriol y a Alexis. Y esta vez si, la suerte le sonrió.
Recordaros que la UTMB son 168km y 9600m de desnivel, una locura. Miguel tardó 40h con sus dos noches, en las cuales evidentemente no pegó ojo.La carrera fue dura, durísima tanto física como psíquicamente hablando.En los primeros 30km la lluvia quiso acompañarlos esto provocó atascos, resbalones, barro... una odisea. Por suerte paró y dejó una temperatura agradable. Según sus palabras ha sido una carrera de paciencia, de no agobiarse, de ir acumulando etapas pero eso si, con unos paisajes increíbles, la montaña en estado puro.Estuvimos siguiendo su carrera por internet y era emocionante ver como poco a poco lo iba consiguiendo, te despertabas por la mañana y lo primero que hacías era ver si todavía seguía ahí, mirar en que punto se encontraba. Aparte había cámaras que retransmitían la llegada en directo y el poder verlo fue una pasada.Intentar imaginar lo que sintió al cruzar la meta o querer compararlo con algo es imposible, y él me lo confirmó, porque con el montón de carreras que lleva, deciros que Miguel tiene un curriculum increíble aparte de Maratones y ultras también tiene 5 o 6 Ironmans, pues nada de eso podía compararse con lo que acababa de hacer, había superado con creces sus expectativas.Y yo que queréis que os diga, me alegro muchísimo y desde aquí no me queda otra que darte mi mas sincera enhorabuena y tu merecidisimo... FELICIDADES FINISHER!!!!