Si lo más amargo de la Pasión de Nuestro Señor le vino del cobarde egoísmo de las almas débiles y mezquinas, lo más dulce de la reparación le vino de la ferviente caridad de las almas escogidas. Cada latido del corazón de estas almas fervorosas fue una gota de dulzura que cayó en el Cádiz que le presentó el ángel en Getsemaní.
“Mi alma (en el huerto) esta tan triste y desamparada que padecía angustias de muerte. Me vi cargado con todas las iniquidades de la humanidad y como recompensa de mi amor y de mis sufrimientos habría de recibir los mayores ultrajes, las más negras ingratitudes”.
Deja que tu alma se empape de los mismos sufrimientos de amargura y de tristeza que inundaron el alma de Jesús, en aquella hora. No temas y déjale a Él que sea quien acomode todo lo que a simple vista está fuera de lo que pensamos sería lo “normal”… no hay normalidades para Dios, todo tiene un sentido en la vida espiritual aún cuando para nosotros sea incomprensible. Para el Corazón de Jesús nada es por casualidad…
Busca a Dios en la soledad, es decir: dentro de ti mismo y para encontrarlo impón silencio a todo lo que grite en la naturaleza.
‘’ La sangre que brotaba de todos los poros de mi cuerpo sería inútil para un gran número de almas, muchas se perderían y muchas más no me conocerían. Derramaría mi Sangre por todas y mis méritos serían aplicables a cada una de ellas y sin embargo inútiles para tantas… y tantas almas”.
Ofrece tu alma a la Sangre de Cristo para que lave tus faltas, te embriague de amor, te fortalezca en la lucha, te sostenga en la tentación.
Corazón de Jesús que no vuelva nunca atrás la vista de los sufrimientos, que no los crea inútiles aunque no vea el resultado, que no busque nunca mi voluntad sino que me someta a la tuya.
Que sea yo para Ti un lugar de reposo, un jardín de delicias, que yo sea el bálsamo que cicatrice las heridas que te hace el mundo y no me importe lo que digan si Tú, solo Tú conoces mi corazón… que te ayude a dar vida a las almas que se pierden en la oscuridad.
Por ello hermano vela cada día atentamente con Jesús en el Huerto, en el silencio de la oración…Escucha, quizá te pida algo…Ora en su compañía y confía ya que Él es la VICTORIA…
Es la primera sangre de Pasión.
Él es el alto precio y al donarse
abre la salvación a los cristianos
Por tanto que no era el cuerpo lo que sufría … sino más bien el alma en el cuerpo: fue el alma, mucho más que el cuerpo, el centro de los dolores del Verbo Eterno …
Lluvia de Bendiciones para Tí.