Revista Espiritualidad

¿día difícil?

Por Tara
¿DÍA DIFÍCIL?
¿DÍA DIFÍCIL?
No siempre es sencillo transitar el día. Puede haber muchas razones para alimentar el desaliento como: malas noticias, una situación de desprecio o falta de respeto, problemas de salud, un proyecto que parece nunca concretarse, el agotamiento por tener que soportar situaciones que se repiten, etc.
¿Quién puede ser motivado en un día así? ¿Tiene algún sentido tanto esfuerzo? ¿No hay derecho a bajar los brazos?
Tres respuestas posibles a estas tres preguntas: puede faltar la motivación, quizá no se le encuentro sentido al esfuerzo y tenemos todo el derecho del mundo a bajar los brazos. ¿Quién puede prohibirnos la elección de ese camino? Nadie. Podemos entregarnos al abandono de nuestro cuerpo, de nuestras emociones y de nuestra vida espiritual. Podemos elegir el camino del aislamiento. Podemos también tomar decisiones que vayan en contra de nuestras convicciones (quizá más frágiles que nunca en días de estas características). Ahora bien, si no estamos del mejor modo, elegir el camino del desaliento hará menos probable que algo comience a cambiar. Quizás las circunstancias no se vayan a modificar, pero si nos abandonamos, todo empeorará.
Sugerencias para no empeorarlo todo:
Si no puedes mejorar algo, por lo menos haz lo posible para no empeorarlo todo. En ese tipo de jornadas no estamos para grandes hazañas, pero enfrentemos lo que nos toca con las pocas fuerzas que tengamos. Dios, de a poco, hará que vuelva a salir el sol.
El alcance del poder de Dios excede la magnitud de cualquier “tormenta”. Por lo tanto, no nos soltemos de Su Mano fuerte y cálida. Nos pueden fallar, podemos fallarle al otro, pero Dios nunca nos falla. Cuando Él creó al hombre, sopló y le dio aliento de vida. Su Aliento nos da vida. Él es principal alentador. Ante el desaliento, tenemos a disposición nuestro al Gran Alentador. Con tus palabras, sin fórmulas, entrégale tu desaliento. Él te reconfortará. No esperes de la gente lo que sólo Él te puede dar.
Recuerda que hay días buenos y hay días no tan buenos. Si estás en el día del desaliento, pídele a Dios nuevas fuerzas. Quizás nada vaya a cambiar en el día de hoy, pero si Él te fortalece, algo ya comenzó a cambiar.

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