Revista Salud y Bienestar

Diagnóstico cáncer (V): la fragilidad y el miedo

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Diagnóstico cáncer (V): la fragilidad y el miedo

Imagen extraida del banco gratuito de imágenes http://www.sxc.hu

Caminando por la calle, haciendo la comida, dándote la ducha antes de ir a currar, mientras la ansiada “vida normal” se va poco a poco imponiendo… a veces te paras y piensas cómo te pudo pasar. Te preguntas qué hiciste o que no hiciste. Fueron mis años de fumadora, te dices; o la mala alimentación en mis tiempos de periodista, recuerdas, todo el día estresada y mal comida; o mi falta de ejercicio; o esta contaminación que nos va a matar a todos.

Tratas de buscarle explicación porque si haces caso a las voces que dicen que “todos llevamos el cáncer dentro” o que “es una lotería” o que “al que le toca le toca”, te invade la fragilidad y piensas: si todo es así de caprichoso, ¿quién me dice que no volverá?, ¿quién me dice que me he librado?

A parte de las secuelas físicas y las cicatrices, la fragilidad (que no debilidad ni depresión) es quizás una de las consecuencias más permanentes de esta experiencia vital y brutal.

Aunque no todos los días uno es capaz de mirar hacia adelante y ver un gran cielo azul, te acabas sobreponiendo, poniendo una sonrisa con cada revisión superada, repitiendo para tus adentros como una oración las palabras de tu oncólogo y radiólogo. Todo va perfecto.

Pero, a veces, caminando por la calle, haciendo la comida, dándote la ducha antes de ir a currar, mientras la ansiada “vida normal” se va poco a poco imponiendo… te paras y piensas: ¿y a si alguien al que quiero le pasa lo mismo?

Y entonces, te invade el miedo de no poder soportarlo.


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