Revista Opinión

Diagnósticos equivocados

Publicado el 30 junio 2014 por Jamedina @medinaloera

mesa de operaciones

Tremendo escándalo se produjo con motivo de la orden de aprehensión dictada en contra de 16 médicos del Seguro Social en Guadalajara, acusados de homicidio por supuesta negligencia en el caso de un jovencito que llegó ahí, hace cuatro años, en mal estado de salud.

La protesta de la comunidad médica de Jalisco y de México ante tal decisión era de esperarse: Los médicos, aquí y en todo el mundo, y a lo largo de la Historia, siempre han dado muestras de gran solidaridad cuando defienden sus intereses comunes.

Ben Hecht (1894-1964), notable escritor estadounidense, cuenta lo ocurrido con 15 médicos eminentes que se reunían secretamente, cada tres meses, en Nueva York, para analizar, “a toro pasado”, sus diagnósticos equivocados que resultaban fatales. Tras de revisar en detalle cada caso, estos doctores siempre llegaban a la misma conclusión: que el paciente murió por errores de diagnóstico y tratamiento. Ellos aprendían de cada error, pero nadie más lo sabía.

Un día hubo necesidad de admitir a un nuevo miembro en ese grupo secreto, un cirujano joven, quien de acuerdo con la norma establecida para el ingreso, expuso ante ellos su caso de diagnóstico equivocado. Se trataba de una enfermedad que él mismo definió como “colitis ulcerosa”. Sus colegas, todos notables, lo escucharon con atención, preguntaron y analizaron, concluyendo en que la verdadera causa de la muerte del paciente no fue “colitis ulcerosa”, sino el haberse tragado un hueso de pescado.

Al oír esto, el joven galeno, ante la sorpresa de todos, dio las gracias y se despidió apresuradamente diciendo que le esperaba una cirugía urgente en el hospital. Los demás le siguieron y llegaron al nosocomio justo a tiempo para extraer del enfermo el hueso de pescado y salvarle la vida.

¡Cuántas vidas y fortunas se salvarían si todos los diagnósticos fueran colegiados y se hicieran con anticipación, no cuando las cosas ya no tienen remedio!

Y esto vale por igual para todas las profesiones, porque muy acostumbrados estamos gobernantes, abogados, periodistas, economistas, ingenieros, todos, a hacer juicios apresurados, sin la suficiente información y muchas veces fuera de tiempo y de lugar.

Artìculo publicado por el diario Crònica de Jalisco en su edición del viernes 27 de junio de 2014.

Lectura recomendada: Ben Hecht. Miracle of the fifteen murderers.


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