El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se caracteriza por un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que afecta el funcionamiento o el desarrollo de la persona. Sin embargo, estos patrones no son exclusivos del TDAH. Según investigaciones, la dificultad para concentrarse o la inatención se encuentran presentes en al menos 17 diagnósticos clínicos diferentes. Esto puede llevar a confusiones y diagnósticos incorrectos. Algunos de las condiciones que se pueden confundir con el TDAH son:
- Trastornos de la conducta y del estado del ánimo: la ansiedad, depresión o el trastorno negativista desafiante pueden tener síntomas parecidos al TDAH. Entre estos síntomas podría estar: la falta de concentración o motivación, la dificultad para planificar o completar tareas, por ejemplo.
- Consumo de sustancias: Podría provocar falta de concentración e hiperactividad. El consumo prolongado puede afectar la capacidad cognitiva, la capacidad para prestar atención y retener información.
- Problemas para dormir: La falta de sueño afecta la capacidad de una persona para pensar con claridad y realizar ciertas tareas y tiene un impacto negativo en el estado de ánimo.
- Distracción digital: sabemos que usar constantemente el teléfono celular puede hacernos sentir que nuestra atención siempre se desvía o que nuestra concentración es menor. Por lo tanto las personas que son usuarias intensas a la tecnología digital son más propensas a reportar síntomas de TDAH aun cuando no lo padezcan.
- Afecciones físicas y estrés: las lesiones cerebrales, enfermedades crónicas como la fibromialgia o el síndrome de taquicardia ortostática postural, la diabetes, cardiopatías o trastornos endocrinos como el hipotiroidismo, pueden confundirse con el TDAH, porque pueden dificultar la planeación, la organización y la autorregulación.
Los psicólogos entendemos que no es posible diagnosticar exclusivamente mediante pruebas psicológicas, especialmente en casos de TDAH. Los estudios demuestran que el riesgo de falsos positivos puede ser alto en estos casos. Por lo tanto, es fundamental conocer el historial médico del paciente, realizar una entrevista clínica exhaustiva, aplicar tests especializados y, en la medida de lo posible, entrevistar a personas cercanas al paciente para evaluar su comportamiento en distintos contextos.
Fuente: NY Times