Revista Cultura y Ocio
[Esta entrada puedes leerla seleccionando la pista "Nocturne with no moon"
en el reproductor de la parte inferior].
Una de las conversaciones que más me gustan del cine. Perteneciente a la película de Leyenda del pianista en el océano:
- Oye, ¿tú eres de Nueva Orleans, no?
- ¿Cómo lo sabes?
- Me encanta esa ciudad.
- ¿En serio? Hace mucho que no voy por allí.
- En invierno es preciosa, y en marzo… siempre puedes contar con una tarde, cuando menos te los esperas: entra la niebla como un manto lácteo. Se queda suspendida bajo las farolas y lo corta todo, como un arma blanca y es mágico: las casas se quedan sin pisos altos, los árboles se quedan sin ramas, la catedral de St. Louis se queda sin agujas, la gente que pasea se queda sin cabeza… de cuello para arriba todo desparece. Lo único que se ve en la plaza Jackson son cuerpos decapitados, que se tambalean y tropiezan entre sí diciendo: ¿qué tal tu madre?
- ¡Exacto! Qué pena que no dure mucho. Pero, ¿cómo sabes todas esas cosas? … ¿Sabes? Desde que subí a bordo he oído hablar mucho de un chico. Se supone que nació en este barco, y nunca se ha bajado de él, ¡qué locura! ¡Veinte años sin poner nunca el pie en tierra!- Veintisiete.
- Dicen que ese tío hace una música como nunca jamás se ha oído.
- Yo también he oído hablar de él.
- Al principio pensé que tú eras el chico, pero luego había algo que no encajaba, y pensé: Si es Novecento, ¿cómo es que conoce Nueva Orleans tan bien? Por que, ¿tú has estado en Nueva Orleans?
- Bueno…, si te dijera que nunca he pisado esa ciudad, ¿de verdad me creerías?
- . . . Quien quiera que seas, Max Tuni. Encantado.