SHERIFF: ¿Qué puedo hacer por usted?
GEORGE: Quiero denunciar un asesinato.
SHERIFF: ¿Eh?
GEORGE: Un hombre ha sido asesinado en el expreso de Chicago y hay una chica que corre grave peligro. Hay que detener el tren.
SHERIFF: Un momento. ¿Dice que han matado a un hombre?
GEORGE: Sí.
SHERIFF: ¡VAYA! Nunca habíamos tenido aquí un asesinato. Siéntese, tome una taza de café. Sírvase usted mismo. Vamos con los hechos. ¿Cómo se llama usted?
GEORGE: Corwell. George Caldwell. Soy de Los Ángeles.
SHERIFF: … «Los Ángeles», muy bien. ¿Quién ha sido asesinado?
GEORGE: En realidad, han sido dos. El primero se llamaba Bob Sweet. Era un agente federal.
SHERIFF: ¿Un agente federal?
GEORGE: Sí. El segundo era un hombre llamado Reese. Le maté yo.
SHERIFF: ¿Le mató usted?
GEORGE: Si, él mató a Sweet.
SHERIFF: ¿Porque Sweet era un federal?
GEORGE: No, porque le confundió conmigo.
SHERIFF: Reese mató a Sweet y usted mató a Reese.
GEORGE: Exacto. Con un fusil de arpón.
SHERIFF: Con un, ¿con un qué?
GEORGE: Yo cogí el revólver de Sweet, pero se me cayó y tuve que usar un fusil de arpón. ¿No cree que deberíamos avisar a alguien?
SHERIFF: Espere, espere. ¿Dice que mató a Reese con un arpón?
GEORGE: Sí, él iba a dispararme a mí.
SHERIFF: Con un arpón.
GEORGE: No, con una bala; él mató al profesor.
SHERIFF: ¿Quién mató al profesor?
GEORGE: ¡Reese!.
SHERIFF: Reese mató a Sweet.
GEORGE: Y al profesor.
SHERIFF: Ya son tres.
GEORGE: Oh, sí, claro, lo olvidé. El profesor fue asesinado anoche. ¿No podríamos dejar eso para más tarde?
SHERIFF: Ummm. ¿No hay ninguno más?
GEORGE: ¿Ninguno más qué?
SHERIFF: Asesinado.
GEORGE: No, no, pero podría haberlo pronto si no detenemos el tren. Coja el teléfono y llame a sus superiores. Dígales que yo tengo las cartas de Rembrandt. Por ellas han asesinado al profesor.
SHERIFF: ¿Era un federal?
GEORGE: ¿Quién?
SHERIFF: Ese tal Rembrandt…
GEORGE: ¡REMBRANDT ESTÁ MUERTO!
SHERIFF: Ya son cuatro. Escuche, ¿seguro que no se está inventando todo esto? Soy un agente de la ley y tengo mejores cosas que hacer que escuchar tonterías [suena un teléfono]. Ése es mi teléfono rojo. Ahora procure poner en claro sus ideas porque cuando vuelva quiero respuestas claras y concretas, ¿entendido?. Y empezaremos por el que mató a Rembrandt.
(guion de Colin Higgins)