JOVEN MONJE: Hay algo que me inquieta.
INQUISIDOR: Te escucho.
JOVEN MONJE: Me pregunto si quemar herejes no será actuar en contra de la voluntad del Espíritu Santo.
INQUISIDOR: Pero si es la justicia de los hombres la que los castiga. ¡Es el brazo secular! A los herejes no se les castiga porque son herejes, sino por los atentados y actos de rebeldía que cometen contra el orden público.
JOVEN MONJE: Pero así, aquellos cuyos hermanos hayan sido quemados, quemarán a su vez a otros y viceversa. Unas veces unos, otras veces otros, todos estarán seguros de poseer la verdad… ¿Para qué habrán servido todos esos millones de muertos?
INQUISIDOR: Pero, ¿sabe usted lo que dice?
JOVEN MONJE: No sé…
INQUISIDOR: ¿Y por qué insiste?
JOVEN MONJE: No… No… Me someto, padre.
(guion de Luis Buñuel y Jean-Claude Carrière)