Francesca: ¡Cuándo te vayas voy a tener que sentarme aquí el resto de mi vida, preguntándome qué me ocurrió! Tendré que preguntarme si estarás sentado en la cocina de un ama de casa en Rumanía o en cualquier otro lugar, contándoselo todo acerca de tu mundo de amigos, incluyéndome en ese grupo.
Robert: ¿Qué quieres que diga?
Francesca: Yo no quiero que digas nada. En realidad no necesito que digas nada.
Robert: Quiero que acabes con esto ahora mismo.
Francesca: Bien, ¿más huevos o quieres que follemos sobre el suelo por última vez?
Robert: Yo… no voy a disculparme por ser quien soy.
Francesca: No. Nadie te pide que lo hagas.
Robert: Y no voy a permitir que me hagas sentir que he hecho algo mal.
Francesca: No, no te preocupes, no te voy a hacer sentir nada y punto. Porque te has creado ese papelito en el mundo en el que consigues ser un mirón, un ermitaño y un amante cuando lo deseas, y los demás debemos sentirnos muy agradecidos por ese breve momento que nos tocaste ¡Vete al cuerno! ¡No es humano no sentirse solo y no es humano no sentir miedo! ¡Eres un hipócrita y un falso!
Robert: No quiero necesitarte.
Francesca: ¿Por qué?
Robert: Porque no puedo tenerte.
(guion de Richard LaGravenese a partir de la novela de Robert James Waller)