«A mi edad, a veces, cuando me inclino, mi cabeza de repente se encuentra con otra realidad. Los muertos ya no son muertos, los vivos parecen fantasmas. Lo que era evidente hace un minuto, de repente es peculiar e impenetrable. Escucha el silencio de este escenario, imagina toda la energía espiritual, todos los sentimientos, reales y fingidos, risas, rabia, pasión y yo qué sé qué más. Todo permanece aquí, encerrado, viviendo una vida secreta y continua. A veces los oigo, a menudo los oigo. A veces creo que los puedo ver: demonios, ángeles, fantasmas, gente corriente ocupándose de sus propias vidas, apartando la mirada, llenas de secretos. A veces hablamos, casualmente, de pasada».
(guion de Ingmar Bergman)