Diálogos en la Estación Intermodal Atemporal. Diálogo Nº 7

Diálogo Nº 7

Siguen viniendo gentes a trabajar, aunque para ellos no es trabajo como nosotros lo entendemos; no cobran dinero por ello si no satisfacción por la labor bien ejecutada. Sobre todo en los fondos marinos creando nuevas formas de vida de lo más alucinantes. Son muy buenos en sus labores y cariñosos, poco empáticos; el respeto ante todo.

¿Hasta qué punto hay que ser tolerante con los visitantes?

Una buena pregunta. Los hay que muestran una gran arrogancia, fatuos, pagados de sí mismos. Endiosados.

Una cosa es que muchos de nosotros sigamos creyendo que... los niños los traen las cigüeñas desde París, colgados del pico, y otra que nos lo restrieguen por la cara. Toda nuestra vida es un continuo aprender, generación tras generación; ya mejoraremos nuestros conocimientos. Pero endiosados por aquí no queremos.

Para mí, y otros muchos como yo, ellos comen y beben auténticas porquerías. Y nos lo callamos, por nuestro bien nos lo callamos.

Las Razas vecinas nos han dejado, en otras eras temporales muchas cosas, incluso en nosotros mismos: las personitas humanas; así pues vienen como “visitantes” de vez en cuando a ver como van sus... cosas. También hay gente que, digamos, “nació aquí”, en Terra Mare, y después se fue a otros mundos; de vez en cuando se toman unos días visitando su territorio natural.

Alguno está muy cambiado, mejorado, y nos quieren avisar de que el universo también está cambiando, mejorando. Es como si fuera a... ¿parar?, cargar un nuevo sistema operativo, una nueva visión, y después reiniciarlo.

Esto es algo que ya ha ocurrido muchas veces anteriormente desde el origen del mismo, por eso los astrónomos encuentran de vez en cuando estrellas que parecen mas viejas que el propio universo. Son remanentes de visiones anteriores, y también sus habitantes. Para nosotros son fósiles y civilizaciones en ruinas si pudiéramos verlas.

Almitas, cariñitos, príncipes de la creación, no es cuestión de tamaño, esto es atemporal. Es cuestión de la cantidad y calidad de la información que cada uno es capaz de manejar. La complejidad personal, ahí está el cogollo del meollo. Si el paisaje cambia hay que saber adaptarse y sobre todo no asustarse si observamos sucesos celestes tipo ¡nova cercana!, ¡chorros de gas en el centro galáctico! Cosas así.

Nuestra visión 3D va a sufrir muchos cambios; observemos a las plantas, lo vuelvo a repetir, en especial a los árboles; ellos no miran con ojos, ojos de agua, utilizan sus hojas. Y avisan de por dónde van los tiros.

Es una mirada alternativa, aprovechemos si tenemos alguno cerca. Son indudables en sus señales. Muchos visitantes vienen a ver a nuestros niños, los chavalines, y los ven como nosotros a la realeza. Impresionante lo que están logrando los peques.

Su capacidad de fantasear es prácticamente inagotable, son gotitas del Cielo en estos páramos resecos y cerebros oscurecidos. Manteniendo la vida están.

Quieren cambiarlo todo, y las ciudades les son más bien prisiones. Reviven cuando pueden salir al campo y... poder tirar piedras al río, correr detrás de las ranas, ver aves en el cielo. Es un grave error tenerlos a diario enganchados mirando pantallas de diferentes tamaños; se están perdiendo el mirar e interactuar en La Gran Pantalla, el mundo natural de nuestra Estación Intermodal Atemporal.

Daniel Paniagua Díez