Diálogos en la Estación Intermodal Atemporal. Diálogo Nº 9

Diálogo Nº 9

En el universo fractal las cosas se repiten y repiten aunque... en ocasiones ocurren cosas que... producen cambios insospechados. Por ejemplo: la calma chicha de estos últimos días, tal parece que la tormenta ya pasó y ahora procede evaluar los daños y hacer los cambios necesarios. ¿No la vistéis?

Arriba y abajo. Es más de lo mismo en un universo fractal.

El negocio del mundo, pues este mundo es un negocio desde hace miles y miles de años, no ha cambiado apenas. Seguimos como estábamos. Y con mascarillas en la boca.

Nos pueden visitar gentes de lejanas galaxias pero los de aquí no podemos ir ni a La Luna. Ese pedrusco. Es que ni en sueños. Todo es un puto negocio y nosotros somos la mercancía, no las ballenas o las gallinas. Esto lo sabemos muy bien los trabajadores, sindicados o no, de la Estación Intermodal Atemporal.

Tengo días que el buen humor se evapora como el humo de los cigarrillos.

Un trampantojo de ¿densidades?, es lo que tenemos montado aquí en la E.I.A.

Puertas falsas que llevan a ninguna parte, puertas verdaderas controladas por vigilantes armados. Cada vez más gente pasa, tal vez sin querer, a la cuarta disolución (yo prefiero ese concepto al de densidad o dimensión) y se sienten desorientados, se llevan unos sustos tremendos y finalmente desilusionados. No recuerdan nada de su procedencia estelar y si se encuentran con un familiar ¡salen corriendo!

Están matando incluso los sueños; la verdad es que algunos eran muy locos. Sueños de pobres creyéndose ricos. En fin, los sueños sueños son, aquí y en lo intangible imaginario. ¡Qué chicas más guapas!

Nos daremos un chapuzón, y así nos refrescamos.

Saliendo de descubierta por las campas y parameras de la E.I.A. (por si han salido setas tras las últimas tormentas) nos topamos con... ¡albricias! Una visitante amable que se inquieta al vernos fumar.

¿Eso no está prohibido aquí?

Lo estará, también comer manzanas en El Jardín; pero usted ya sabe... ¡cuando les da por prohibir! Quedamos en paz y con dios; no le supo a mal el Malporro que se echó con nosotros y marchó como trastabillándose, mirando hacia... ¿La Osa Mayor?

Un carro de tonterías es lo que nos hacen arrastrar, y encima quieren que andemos como los bueyes. Y las viejas achusmando tras las cortinas de las ventanas.

Las chicas de Cantaderas.

(No es por ofender, pero los que no se comen las manzanas no les queda otra que comerse las... bellotas. No es insania propia; como es bien sabido soy hermanito de todos los cerditos. Cuanto mejor conozco a los foráneos... bla, bla, bla)

A mayores, los explotadores, nos quieren obligar a ser M.I.N. ´gs. Sindicados o no. Explico: Mutantes Inmunodeprimidos Nanoportadores geolocalizados.

A nosotros, los currantes, si nos buscan, siempre nos encuentran. A las buenas o a las malas. No necesitamos localizadores incorporados. Y no es por el olfato precisamente cómo se nos encuentra; aunque... eso sí, yo tengo días que termino oliendo tal que un Tarzán, hasta la Chita se espanta y la tengo que callar.

Es por dar un voltio por el barrio, ¡hay tal cantidad de pinchitos!

Chita, calla, no les digas na... Pues, bah, bah, bah, no todo en la vida es laborar, y también tienen derecho a tomarse un chato los mutantes.

Y vuelta la mula al trigo, que tiene ganas de palos. ¿Quieres que escriba más?

Daniel Paniagua Díez