Revista Cultura y Ocio

Diario de un jubilado

Publicado el 08 septiembre 2019 por Rubencastillo
Diario de un jubilado
Vuelvo (siempre vuelvo) al gran vallisoletano Miguel Delibes para leer su Diario de un jubilado, que deparará más de una sorpresa a quienes, admirando la obra de este narrador, no conozcan el libro, que supondrán atravesado por languideces y melancolías castellanas o crepusculares. Nada más lejos de la realidad. Su protagonista es un sesentón que se entretiene viendo culebrones, enviando tarjetas de participación a los más chocantes concursos de la tele y distrayendo su ocio con las visitas a una puta tetona que le sorbe el seso.Al final, con sus amigos enfangándose en el paro y en la chapuza, con su trabajo por horas y con el chantaje fotográfico que le inflige un compinche de la hetaira, la pieza se convierte en un mechinal de jocosa textura y de finalización feliz. El personaje de don Tadeo Piera, viejo poeta mediocre, es fabuloso. Y las jugosas secuencias en las que lo vemos obsesionado con la absurda idea de que van a concederle el premio Nobel de Literatura son de auténtica antología, por su grato sentido del humor y también por su patetismo.Y si tuviera que señalar una sola frase para el recuerdo, sin duda sería ésta, que nos retrata a todos los que hemos sido víctimas de declamaciones infulosas por parte de rimadores amigos o conocidos: “Con un poeta leyendo sus versos uno nunca sabe por qué registro va a salir. Pero lo peor es que llega un momento en que uno no escucha, sólo piensa en lo que debe decirle cuando termine”.

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