Foto de: Eva Palomeque ¿Os acordáis de Eva Palomeque? Hace algún tiempo nos contó en su "Diario de un trasplante", la preparación, intervención y post-operatorio de su trasplante de donante vivo (su marido). Hoy vuelve a relatarnos su historia con motivo de un cambio de domicilio y de país debido a la necesidad de buscar una segunda opinión médica sobre su trasplante. Leed y entenderéis:“Tienes que tener la mente abierta, una mente cerrada es igual que un paracaídas cerrado” Estas fueron las palabras del profesor, director del Hospital de Nefrología, donde el pasado Abril del 2013 me hicieron mi trasplante. Las mismas fueron pronunciadas cuando lleno de impotencia me decía que lo único que tenían claro, después de la segunda biopsia, era que había daño progresivo en el riñón pero no no sabían los motivos. Ni rechazo, ni infección, ni bloqueo… y cuando le cuestionamos sobre cuánto tiempo puede durar el trasplante tampoco fue capaz de respondernos. Según el equipo médico del hospital (al ser un caso tan especial, mi historial es tratado en las reuniones semanales y no tengo médico asignado sino todo el cuadro médico) lo que sospechaban era que tal vezla medicación anti rechazo que me estaban dando fuera tóxica. En Enero se tomó la decisión de reducirla en 3mg menos, así pasé a tomar 12 mg 2 veces al día de Adoport en vez de 15 mg tres veces al día. Lograron, con esta medida, que la creatinina que había vuelto a subir, bajara por debajo de 200. Desde entonces ahí se ha mantenido rozando o superando levemente esta cifra. La cifra ideal sería 120 o menos. Me comentó que tal vez podrían cambiar la medicación, pero esto aquí en Inglaterra donde resido no es tan sencillo ya que cada hospital tiene a todos sus enfermos con la misma medicación. Y los enfermos no la pagan. No tengo idea de si el motivo sea económico o no, el caso es que estamos casi en Abril, a punto de cumplir un año del trasplante, y seguimos igual. Cuando escuchamos aquellas palabras tanto mi marido como yo nos dimos cuenta de que era hora de tomar una decisión. Tal vez no fuera la más acertada, pero ambos necesitábamos tener una segunda opinión. Esto nos llevó a buscar la manera de regresar a casa. Era hora de volver a mi tierra y poder comunicarme con los médicos en mi propio idioma. No es que en inglés no me defienda, es simplemente otra cultura y yo siempre tengo muy presentes las palabras de mi padre, como en nuestra tierra en el tema de nefrología, ninguna. Así pues y tras un breve tiempo de búsqueda, mi marido encontró trabajo en Gibraltar. Que no es lo ideal, pero si el lugar que nos permitirá regresar a casa. Lamentablemente Madrid no pudo ser. Y este es el motivo que hoy, a fecha de 26 de Marzo, me encuentre sola en Londres y en las siguientes circunstancias:
No tengo ni idea de qué me voy a encontrar, ni si en Gibraltar tendré medicinas gratis como aquí, ni tampoco si hay especialidad de nefrología, aunque sé que hay una unidad de diálisis, por lo que supongo que sí la tienen. Lo que tengo claro es que el gobierno de Gibraltar paga a la sanidad española cuando necesita enviar a sus residentes a que los vean los médicos en España, ya que tienen convenios. De momento son muchas dudas y pocas respuestas, pero estoy segura de que poco a poco encontraré la salida. Y si en mi tierra me terminan diciendo lo mismo que aquí… eso de…“Tienes que tener la mente abierta, una mente cerrada es igual que un paracaídas cerrado”, al menos sabré que hemos hecho todo lo posible por salvar este precioso regalo que mi marido me hizo ahora hace casi un año. Nuestra amiga Ana, me brinda una vez más un rinconcito en su casa, esta vez para contaros mi aventura del traslado y la búsqueda de nuevos médicos y tratamiento. Si todo va bien, vuelo el 4 de Abril a mi nuevo hogar, ya os iré contando!! Eva Palomeque |