Revista Cultura y Ocio
¿Os acordáis del diario visual del que os hablé el año pasado? Tenéis la entrada aquí, por si no la leísteis o no os acordáis: Diario visual. Nació de una exposición que fui a ver que se llamaba: Pensar con las manos podéis recordarla en este enlace también.
El caso es que me propuse ir haciendo varias páginas por mes pero no conseguí terminarlo (este tipo de cosas requieren tiempo y ganas, de éstas últimas el año pasado me faltaron por el año tan terrible que tuve, y me dije que en el diario no quería poner cosas malas o tristes, así que preferí no continuarlo), convertí entonces el Diario en Bianual, y este año he seguido rellenando las páginas que me quedan por cubrir.
Me sigue pareciendo una actividad relajante, creativa y que deja salir la parte más imaginativa de cada uno. No hace falta saber dibujar genial ni ser un artista, simplemente sirve para que cada persona deje salir esa parte que a veces dejamos atrás con la niñez.
Lo bueno es que se puede hacer en casa pero también mola sacar la libretita a pasear y dibujar en un parque, en la playa, en la pisci… ¡donde a cada uno le apetezca! También es una manera de perderle el miedo al papel en blanco y dejar volar la imaginación, también para inspirarnos y tener nuevas ideas para nuestros escritos. Como además es un diario, podéis inspiraros en la naturaleza, en paisajes reales, en otros artistas que hayáis conocido en este año, situaciones que os hayan ocurrido, ideas u objetos importantes en estos meses...
Para que veáis que no hace falta ser una excelente dibujante, os muestro por aquí algunas de las páginas de la mía. ¡A ver que os parecen!