Danny, el jefe
Se mostró, con los innumerables guiños a canciones y películas de sobra conocidas, la unión universal entre la cultura contemporánea británica con el deporte. Y todo ello mostrado en el Estadio Olímpico de Londres, el núcleo duro de la competición deportiva global más importante del planeta, ni más ni menos, ante miles de millones de telespectadores. Todos fuimos testigos de la naturalidad con que Mr. Bean y Artic Monkeys se mezclaban con Carros de Fuego y Danny Boy. Y luego, claro, estaba David Beckham, el representante y embajador del fútbol inglés más internacional, convertido en una estrella mediática que hasta transportaba en lancha por las aguas del Támesis la antorcha olímpica hacia el estadio.Pensé en lo bien que estos brits han importado su cultura deportiva y audiovisual por todo el mundo. No nos es extraño fenómenos musicales como el punk o el britpop, así como tampoco lo es el Chelsea o el Liverpool, equipos cada vez más poblados de jugadores de todos los rincones del mundo. El fútbol y la cultura pop demuestran que, gracias a los británicos, son universales. La gran diferencia entre la cultura cinefutbolera entre España y Reino Unido está en la naturalidad con la que éstos integran en la cultura popular el fútbol, la música y el cine. No pertenece exclusivamente a una minoría o mayoría gritona, ignorante, fanática o violenta. No son recursos para marginados, gañanes o perdidos, incapaces de abrir un libro y leer cuatro líneas (que los habrá, claro). Aquí todavía seguimos dividiendo, sobre todo en las redes sociales, los mundos políticos, culturales y deportivos en zanjas excesivamente separadas, cuando en realidad están mucho más unidas de lo que pensamos. O, al menos, se pueden complementar, sin correr el riesgo a catalogarse, a enquistarse o a degradarse en uno solo de esos bandos. Aunque conociendo este país, me temo que la gente tiene un amor enfermizo para encontrar trincheras hasta en su propia cama. Para eso hace falta una apertura de mente, algo de lo que ya hablé en uno de mis primeros posts.
Ryan Giggs, olímpico
Me gusta el lema de Londres 2012: 'Inspirando a una generación'. Si alguien puede inspirar, deportivamente, a muchas generaciones es Ryan Giggs, mítico centrocampista galés del Manchester United que, a sus 38 años, defiende los colores de Gran Bretaña en estos juegos olímpicos. Ha sido y es un ejemplo de calidad, deportividad y constancia. Ahora que acaban de eliminar a la selección española de fútbol pongo mis esperanzas en que Giggs pueda conseguir un título que con su selección galesa ha sido injustamente imposible de conseguir.