Diciembre es un mes de locos.
Es un mes en que la gente se desespera mucho.
Un mes en que, aunque la gente lo intenta, a veces saca lo peor de uno.
Un mes en que todos queremos venir a enmendar errores.
Un mes de hacer promesas que no llegaran ni a mitad de Enero.
Un mes en que dices “yo? Mala gente? N E V E R”
Un mes en que los compradores compulsivos deberían ser encadenados.
Un mes en que los que no son compradores compulsivos, se vuelven compradores compulsivos.
Un mes en que la carita de nuestros chiquitines se ilumina.
Un mes en que todos convertimos nuestras casas en unos burdeles: lucecitas por todas partes y de todos colores que solo falta que digan “abierto”
Un mes en que todos estrenamos (o queremos) estrenar algo.
Un mes en que la hipocresía a veces es como to much
Un mes en que se engorda, mucho.
Un mes en que viene gente que no veías hace mucho y en que se van los que ves a menudo.
Un mes en que se supone que hace frío.
Un mes en que mucha gente se vuelve un pelin mas sentimental.
Un mes en que los ansiosos tienen que hacer un esfuerzo por no recaer.
Un mes en que nos jodemos el tímpano con los fuegos artificiales y demás inventos del mal.
Un mes en que todo se acelera, hasta el 25. Y luego todo va como mas lento hasta el 31
Un mes en que deberíamos pensar en los errores cometidos y no repetirlos el año que viene.
Un mes en que algunos se vuelve introspectivos.
Y otros se vuelven extrovertidos.
Un mes en que los padres se descuidan y dejan que sus hijos jueguen con juegos pirotécnicos.
Un mes en que llega muuuuucha gente a las emergencias de hospitales (niños sobretodo) por quemaduras en la piel.
Un mes en que las gaitas (en mi país, Venezuela) lo inundan todo.
Un mes en que las tarjetas de crédito tienen vida propia.
Un mes, 31 días.
Y el final de un año.
Este es el mes que comienza donde termina el año.