Revista Cultura y Ocio

Diego Martínez Barrio y la otra cara de su exilio

Por Layret @masoaprendiz
Diego Martínez Barrio y la otra cara de su exilioPublicamos la segunda entrega de "Diego Martínez Barrio y la Masonería española en el exilio" de Mauricio Javier Campos bajo el título "Diego Martínez Barrio y la otra cara de su exilio"(8)
Su paso por Argentina
Ya situados en el contexto de la época, y vistos los antecedentes y los lazos que ligaban a las Obediencias involucradas, es posible pasar, con un panorama más esclarecido, a la lectura de las crónicas contemporáneas dedicadas a Diego Martínez Barrio, textos en los que se vislumbra la sustancial influencia recibida por la Masonería liberal europea y continental, encarnada en este caso por  el líder político y masónico y que engloba a todo el Gran Oriente Español, un tributo también, en retrospectiva, a la visión de los masones sudamericanos que supieron imbuirse de esos valores y principios y actuaron en consecuencia, con sus peculiaridades, como ya ha quedado explicitado en el transcurso de la reseña.
Escribían los hermanos del Gran Oriente Federal Argentino:

Diego Martínez Barrio y la otra cara de su exilio

G.·.O.·.F.·.A.·.

"Ha pasado rápidamente por Buenos Aires de regreso a Montevideo, don Diego Martínez Barrio. El presidente de las últimas Cortes de la República de 1931, en España, no ha podido tener la satisfacción de conocer en visita de viajero curioso, las manifestaciones más destacadas de la vida de esta gran nación. Unas disposiciones del Gobierno y más que nada unas resoluciones del señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, limitaron el tiempo de la estancia en el país a un máximo de veinticuatro horas. (9) El Sr. Martínez Barrio y el general Miaja, heroico defensor de Madrid, llegaron a las tres de la tarde de un día precioso y partieron en avión rumbo a Chile a las doce y veinticinco del siguiente. Conocieron de la República Argentina el paisaje por razón de vuelo aéreo. Tuvieron un leve contacto con amigos cordiales y estrecharon unas manos conmovidas de españoles y argentinos que les decían con efusión sincera sus simpatías y sus esperanzas. Conviene no perder de vista que el señor Martínez Barrio, ex presidente de la República española en un período provisional, de acuerdo al mandato de la Constitución, ex presidente del Consejo de Ministros y presidente de las Cortes de 1936, había sido admitido al país como residente en 1940".
"El general Miaja tenía en su historia y en su renombre, un título sobrado para ser bien acogido en esta hidalga y democrática tierra. Ni el uno, ni el otro, han protestado públicamente por lo inexplicable del trato. Tampoco los españoles republicanos han hecho del agravio bandera de agitación. Con cierta elegancia espiritual, han sufrido impasibles el escarnio y la burla. Esa impasibilidad estaba fundada en su profundo sentido de la justicia. Por el Río de la Plata, en ruta hacia Colonia y en viaje de triste perspectiva, marcharon un día los hombres que dieron el plazo de veinticuatro horas a los legítimos representantes del pueblo español. Sic transit...Tras este necesario preámbulo unas líneas para trazar la biografía sintética del Sr. Martínez Barrio".
"Nació en Sevilla en 1883. No ha cumplido aún sesenta años el presidente de las Cortes. Hijo de familia modesta, hizo sus primeros estudios en un colegio de la capital hispalense. Muy joven, un niño casi, entró al servicio de un afamado procurador, don Rodrigo Rus, desempeñando funciones de auxiliar. Pasó de allí a empleado particular de don Manuel Jacinto. Aprendió el oficio de tipógrafo y vivió del producto de su trabajo. Su fácil palabra, su encendido pensamiento, su originalidad como escritor, le hicieron cultivar con éxito desde sus primeros días de su juventud, el periodismo militante. Escribió y redactó semanarios, revistas y aún diarios en unión de Francisco Valbuena, Manuel Masoso, Pedro Pérez Fernández, José Marcial Dorado, Alfredo Blanco, Manuel Blasco Garzón, entre otros. La mayor parte de estos jóvenes eran universitarios. Martínez Barrio, no. Pero su afán de saber, su tenacidad estudiosa, su claridad mental, le labraban una cultura sólida, hecha fuera de la universidad y en contacto con la vida misma".
"Formando parte de la Juventud Republicana acreditó sus dotes de organización y de tacto y llegó a ser muy joven aún, un elemento imprescindible en la vida democrática de la capital andaluza. Para emanciparse de la tutela ajena, se hizo industrial. Creó y tuvo una imprenta. Una modesta imprenta que llevaba con cuidadoso celo y que sirvió a toda empresa de liberación y de justicia. Fue dos veces concejal por elección popular y su conducta irreprochable en la dirección republicana del Ayuntamiento le ganó el respeto y la simpatía de la opinión pública. En 1923 fue candidato a diputado a Cortes por Sevilla. Lo derrotó en el puesto de la minoría el hijo de Luca de Tena, el actual director-propietario del "ABC"  y ex embajador de Franco en Chile.  Su derrota debida a una maniobra electoral, dió origen a que Augusto Barcia, diputado por Almería, impugnara el acta de Luca de Tena. Este, convencido de su fracaso, renunció a ocupar la banca. La rebelión de 1923, impidió que en una nueva elección fuera al Congreso Diego Martínez Barrio. Ya en esta época, era indiscutiblemente el jefe del partido autónomo republicano de Sevilla. Este partido seguía a Lerroux. Don Alejandro constituía entonces una esperanza y no es posible negar que levantaba simpatías profundas en las masas republicanas".
"Durante el período de la dictadura, Martínez Barrio cumplió con su deber. Lo que él ha llamado la fortaleza moral del republicanismo sevillano, se mantuvo en pie en este largo sueño en que la conciencia pública iba elaborando sus nuevos caminos de acción. Trabajó, organizó, luchó y conspiró. Fue detenido en diversas ocasiones y procesado. El catorce de abril le sorprende en Francia, en situación de exiliado".

Diego Martínez Barrio y la otra cara de su exilio

Gobierno provisional republicano, primero izquierda Martinez Barrio

"De ahí vuelve para ocupar el Ministerio de Comunicaciones en el Gobierno Provisional que presidió don Niceto Alcalá Zamora. Sigue de ministro en el gabinete de don Manuel Azaña. Disueltas las Cortes por circunstancias que no son del caso, ya que su relato sería muy extenso, se ve obligado a aceptar la presidencia del Consejo de Ministros".
"Con este carácter convoca las elecciones que pierden las izquierdas por desunión y que llevan al Parlamento mayoría derechista. Es ministro con Lerroux y cuando este se pone de acuerdo con Acción Popular "para ensanchar la base de la República" se separa pública y definitivamente de él, formando el partido de Unión Republicana. Tiene este un doble origen: velar por la democracia y repudiar la conducta deshonesta con que proceden en la administración de la cosa pública, los amigos del que fue caudillo del Paralelo. Los sucesos de octubre de 1934 obligan a todos los partidos y entre ellos a Unión Republicana e Izquierda Republicana a romper la solidaridad con el presidente de la República. Don Niceto sigue impasible estas resoluciones. Cree en Lerroux y en Gil Robles".
"La oposición parlamentaria reducida a esas dos fuerzas -Izquierda y Unión Republicana- templa el vigor de los demócratas perseguidos y muestra la falta de pensamiento gobernante en los hombres que siguen a Lerroux y Gil Robles. Difícilmente habrá un período más interesante que ese del ejercicio parlamentario de 1934-35, para poder juzgar el pensamiento y la tónica del derechismo español. Los socialistas y la esquerra catalana en retiro del Parlamento, aprietan sus cuadros y reafirman sus posiciones. Entre tanto Martínez Barrio, con Azaña y Sánchez Román preparan las bases del Frente Popular que ha de implicar a los partidos y organizaciones obreras. Este Frente Popular que era un pacto electoral y un compromiso mínimo de gobierno, ha sido interpretado de manera absurda y caprichosa".
"Martínez Barrio lo comenta autorizadamente en uno de los Cuadernos de Cultura del Patronato Hispano Argentino y a él nos remitimos".
"El gobierno Portela convoca elecciones tras la disolución del Parlamento del bienio negro, Parlamento estéril e infecundo y el Frente Popular triunfa en toda la línea. El nuevo Parlamento elige presidente a Martínez Barrio por trescientos ochenta y dos votos. Es la mayor elección que haya obtenido jamás un presidente de Cortes en España. Concurrente a ella los partidos de gobierno y de oposición, sin excepciones. En un momento trascendente y grave de la vida española, el depósito de la confianza colectiva se cifra especialmente en este hombre. Esa confianza la ha ganado por su serenidad y por su honestidad. Y también por su innegable valor intelectual".
"Lo demás es historia reciente y viva. Cumple su deber durante la rebelión como presidente de las Cortes y lo cumple en el exilio, con dignidad. Su aspiración única es lograr el recobro de la legalidad española, por y para el pueblo. Nada de posiciones personales que son menuda cosa ante el interés general. Claro que esta actitud no implica deserción del deber, que es siempre llamado angustioso y requerimiento de la conciencia".
"En  la Masonería, Martínez Barrio tiene una cotización insuperable. Ha sido una de las ilusiones profundas de su vida la Institución y a ella ha dedicado sus mejores y más recios afanes. El aprendiz de la Logia "Numancia" delataba ya con firmes trazos al Gran Maestro del Oriente Español. Constante, asiduo, diligente, trabajador, infatigable, en Sevilla, raíz y centro de su actividad, dejó bien señalado lo ímprobo de su espíritu. Allí se formó y formó a varios ilustres varones. Cátedra de serenidad y de estoicismo, alrededor de ella han vivido quienes han ofrecido sus vidas a los expoliadores de la libertad con un gesto de solemnidad heroica, que pone aliento en el corazón abierto a todas las esperanzas. Para esos hombres ejemplares vaya con esta recordación nuestro homenaje fraterno. ¡Que tengan en el Oriente Eterno la luz irrefregable de su obra y de su conducta!
"Y aquí terminamos estas notas escritas para Verbum (órgano oficial de difusión del G.O.F.A.) al correr de la pluma, en horas de conmoción espiritual para la vida argentina (acababa de ser derrocado el presidente Castillo). Falta en ellas, el juicio obligado sobre el orador, el escritor y el político. Quizá la falta sea deliberada. Los hombres hay que juzgarlos con cierta perspectiva que solo da el tiempo. Para estimularlos y amarlos, basta su real conocimiento. Porque lo conocemos, estimamos y amamos a este amigo generoso y a este ilustre hermano nuestro".
"Nuestro saludo para él y para su compañero de excursión el general Miaja. Y con nuestro saludo este recuerdo. El camino de Colonia que trae a los que "solo pueden permanecer unas horas en Buenos Aires", sirve de tránsito forzoso a los que con arreglo a la conciencia pública no deben quedarse al frente de los destinos de su pueblo. He aquí por donde el Río de la Plata, se hace Jordán de aguas purificadoras...".·. 
El Gran Oriente Federal Argentino y su homenaje a Diego Martínez Barrio en Uruguay
"Cuando las autoridades del Gran Oriente Federal Argentino, agotados todos los recursos, hubieron de convencerse de la actitud irreductible de los poderes públicos del país con respecto a la estada entre nosotros del Excmo. Sr. Don Diego Martínez Barrio, presidente de las Cortes Españolas, al que no se le concedía sino el término precario de horas para trasbordar de un avión a otro, negándose permiso para todo género de manifestaciones o declaraciones, viéronse en la necesidad de organizar, fuera del país, la demostración de afectos que el viajero se merecía".
Diego Martínez Barrio y la otra cara de su exilio
La representación del G.·.O.·.F.·.A.·.que celebró reunión de Consejo en Montevideo, con el H.·. Martínez Barrio (en el centro).
"Ex Gran Maestro de la Masonería Española, el IL.·. y Pod.·. H.·. Martínez Barrio había estado largo años en constante contacto con nosotros, que le conocíamos, le admirábamos en su valimiento y fraternalmente éramos solidarios con su ejemplar actividad masónica".
"Habíamos aceptado, como una penosa imposición de circunstancias políticas, limitar nuestras expresiones a un simple saludo de bienvenida, en ocasión de su arribo, dado que era premioso partir y que el estado de sitio en vigencia no nos permitía, ni aún en el seno de nuestros talleres agasajarle".
"Postergábamos la recepción para su regreso pensando que, con la partida de los cadetes de la fragata escuela española habrían desaparecido las dificultades que impidieron a su llegada todas las manifestaciones de amistosa recepción".
"Pero la personalidad eminente de Martínez Barrio había tenido la rara virtud de concitar los recelos de los hombres del gobierno en nuestro país".
"Resultaba un indeseable de peligrosidad terrible. ¡Para él, como una concesión extraordinaria, únicamente el permiso de atravesar el territorio sin detenerse!"
"No queremos ni debemos comentar, frente a la actitud del pueblo y del gobierno uruguayo declarándole huésped oficial; el contraste es demasiado doloroso".
"El Gran Oriente Federal Argentino resolvió entonces trasladarse a Montevideo, donde acogido a la hospitalidad fraterna de los hermanos del Uruguay, fuera posible exteriorizar al Masón Ilustre nuestra simpatía, nuestra adhesión".
"El Consejo de Gobierno, presidido por el Gran Maestro, al que se uniera la representación del Supremo Consejo Grado 33 .·. y de todas las Logias con asiento en la Capital Federal se trasladaron a Montevideo, en la sede de cuyas autoridades celebraron una sesión de recepción en honor del IL.·. H.·. Martínez Barrio".
"A continuación, se ofrecieron al viajero un almuerzo en el Parc Hotel, al que asistieron los miembros del Supremo Consejo del Uruguay y del Gobierno Simbólico, encabezados por su Gran Maestro y el Gran Comendador e integrado por sus Venerables Consejeros".

Diego Martínez Barrio y la otra cara de su exilio

Vista del Gran Templo Central de la Masonería Uruguaya

"En esa ocasión, el Gran Maestro Argentino, IL.·. H.·. Mauro Naselli, explicó en palabra elocuente y conmovida la razón del porqué el G.·. O.·. F.·. A.·. también en ese instante en exilio, tributaba ese homenaje al hermano en exilio Martínez Barrio".
"Dijo el Muy Respetable Gran Maestro:Soberanos Grandes Comendadores,Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia del Uruguay,Ilustre y Poderoso H.·. Martínez Barrio,Queridos HH.·. todos":
"Con toda la emoción que es capaz de sentir un pueblo agobiado por la opresión, cuando puede ejercer los derechos que le son privativos: Muchas gracias; muchísimas gracias, queridos hermanos uruguayos". 
"Sin vuestra cordialidad, sin vuestro afecto y sin vuestra casa, el pueblo masónico del G.O.F.A. hubiera tenido que ahogar esta inefable efusión".
"Gracias también porque nos permitís acercarnos más a la excelencia del querido hermano Diego Martínez Barrio". 
"Hoy por primera vez desde la tragedia de España sentimos el placer del acercamiento espiritual a estos dilectos amigos que han templado en las vicisitudes del exilio su fe masónica y su jerarquía humana".
"También nosotros somos exiliados en nuestra tierra, cada día más distanciados de sus gobernantes. Menos mal que la fraternidad masónica permite nuestros desahogos en su seno y se asocia a nuestros entusiasmos con el mismo fervor con que cumple con todos sus deberes".
"Queridos hermanos uruguayos: depongo toda mi gratitud y mi cordialidad ante vuestra probada jerarquía".
"Extracto de mis recuerdos juveniles una evocación que es todo un símbolo de ética humana".

"Un descendiente de la dinastía Sabauda (Casa de Saboya) en cierta época dijo: "A Pordenone si fa festa, a Nápoli si muore, io vado a Nápoli"
 (Hay gozo en Pordenone, Nápoles se muere, voy a Nápoles).
"Esta afirmación que no es más que el cumplimiento del deber, se explotaba entonces subrayando la simpatía del Soberano por su pueblo, y este se enardecía idolatrando al Monarca que no hacía más que cumplir con un deber elemental o cuando menos retribuir en mínima parte el sacrificio del pueblo para sostener su Casa Real".
"Si un auténtico exponente del más rancio conservatismo elige el sacrificio al esplendor, ¿puede un francmasón escoger otro lugar que no sea el más próximo al hermano inmolado o perseguido?".
"Con los antecedentes de los acontecimientos de Alemania, Italia y demás países víctimas de su opresión, o sin ellos, los francmasones del Gran Oriente Federal Argentino, al producirse los sucesos de España, sin vacilar se pusieron del lado de los ajusticiados injustamente y de los perseguidos".
"Esta actitud, por otra parte, no fue más que la culminación de la línea de conducta escogida para cumplir el juramento prestado ante el Ara".
"No se pueden difundir los ideales de libertad en complicidad con sus opresores. No se puede propender a la igualdad cuando se divide la sociedad humana según el capricho del amo circunstancial y no se puede practicar la fraternidad si no se auscultan las verdaderas necesidades de los que sufren".
"El Gran Oriente Federal Argentino reafirma su normativa y reniega de los que usan sus gradas para escalar situaciones entre los secuaces de los tiranos".
"Así como nunca fuimos indiferentes a cuanto se hiciera para acrisolar a la familia masónica argentina; así como no esquivamos nunca pruebas de suficiencia que autenticara el concepto de nuestros deberes y su práctica; así como no desechamos jamás todo lo que beneficie a nuestra Augusta Orden; así concurrimos con todas nuestras posibilidades al estrechamiento de vínculos fraternales con las familias esparcidas por la superficie de la tierra, para consolidar nuestra fortaleza, templar nuestro empuje y difundir nuestras enseñanzas que resuelven con verdadera y ecuánime justicia las tribulaciones de la vida humana".
"Por eso, ávidos de exteriorizar nuestra adhesión a vuestra titánica empresa, anhelosos de traeros el calor de nuestro estímulo, venimos a vos para deciros a pleno pulmón, con todo el fervor de nuestro entusiasmo embozalado por el estado de sitio, venimos a deciros tonificados por el aire embalsamado que respiramos aquede el Plata: Consolidad la Francmasonería de Hispano-América; unid a los Francmasones de América toda y habréis salvado la Democracia; habréis salvado la Humanidad".
"España, Europa toda, al correr de los años, sentirá el efluvio de esta esencia nueva que impregnará lo etéreo, lo aspirará con avidez, sentirá alivio a sus dolores y se sentirá compensada por la fecunda labor de los productos de su entraña".
"Querido hermano Martínez Barrio: a vuestro regreso a los valles de México, cuando deis cuenta de vuestra siembra, decid a los HH.·. españoles que en los países de América habéis encontrado los campos abonados y prontos para la fecundación, y decid también a los HH.·. mexicanos que los Francmasones de toda América están preparados para las realizaciones de los ideales de nuestra Augusta Orden.
Nada más".

Diego Martínez Barrio y la otra cara de su exilio

Autoridades de las Potencias Masónicas Uruguayas y Argentinas, con el IL.·. y P.·. H .·.Diego Martínez Barrio, en la sede del Supremo Consejo del Uruguay.

 "A continuación, en nombre del Supremo Consejo, presentó sus adhesión al acto el IL.·. H.·. Ricardo Castellanos. Hizo luego uso de la palabra el Gran Maestro Uruguayo, siguiéndole a continuación el IL.·. y P.·. H.·. Augusto Barcia".
"Contestó, agradeciendo, el hermano Martínez Barrio, quien fue escuchado con reverente atención y largamente aplaudido al finalizar su elocuente improvisación".
"A su paso por esta Capital de regreso a México, y a pesar de las brevísimas horas de estada en Buenos Aires, concedidas por el Gobierno, el IL.·. H.·. Martínez Barrio quiso cumplir con el G.·.O.·.F.·.A.·. y visitó nuestra sede".
"Las autoridades de la Orden y un selecto número de hermanos, que se habían noticiado del acontecimiento singularmente grato, esperaban al huésped, al que tributaron una cariñosa recepción, obsequiándole, como recuerdo de su paso por la Argentina, una artística medalla de oro, conmemorativa, en su sencillo simbolismo".
"Se le hizo conocer la casa y se brindó a su salud en el vino de honor improvisado, que fue servido en el salón de actos del A. L. A. (Ateneo Liberal Argentino)".
"Por cierto que en aquella circunstancia excepcional, holgaban las palabras y las explicaciones. No las necesitaba nuestro querido hermano, ni para saber de nuestros sentimientos fraternos, ni de nuestra pesadumbre por los sucesos que motivaban la actitud arbitraria de un gobierno que, felizmente, ha sido ya depuesto"..·.

Bibliografía, notas y fuentes citadas
(1) Preston, Paul, Franco, el gran manipulador, Vergara, 2008, pág. 301.
(2) Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Vol. 4, Historia General de la Francmasonería - España, págs. 486-505. Editorial Del Valle de México, sin fecha. El prólogo está escrito por el Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica Española, Joan García Grau y fechado el 7 de setiembre de 1995, en Barcelona. La colección consta de 5 Vol. y más de 3000 págs. Los créditos establecen: Escrito y ordenado por Lorenzo Frau Abrines y publicado bajo la dirección de Rosendo Arús y Arderiú. Edición corregida y aumentada por Luis Almeida Villalar.
(3) Semblanzas:
Servera Sancho, Miguel (1892-1961). "De origen español, por su militancia en el Partido Socialista Obrero Español vióse obligado a expatriarse, yendo a Puerto Rico, donde se inició en las actividades comerciales, que prosiguió más tarde en Argentina, en el ramo textil como importador, así como industrial y exportador. Hombre de firmes convicciones democráticas y liberales, luchó y sufrió por ellas, mientras que su generosidad lo convirtió en sostenedor de toda noble inciativa. Colaboró intensamente en la Liga de Cultura Laica, la que presidió en diversos períodos, así como el Centro Republicano Español, la Liga Argentina Pro-Cremación y el Ateneo Liberal Argentino. Dirigió la revista Verbum y fue, desde su fundación, administrador de la revista Liberalis. Iniciado el 24/6/1911 en la Logia Patria de Puerto Rico, a su llegada a la Argentina se incorporó el 26/7/1921 a la Logia 12 de octubre Nº 410. Luego pasó a la Logia Prometeo Nº 367, que presidió en 1933-34. Asimismo actuó en la Logia Demócrito Nº 160, la que presidió reiteradamente. Durante varios períodos fue Gran Maestre del Gran Oriente Federal Argentino, rango que le fue reconocido por la Gran Logia de la Argentina, cuya Comisión de Relaciones Exteriores presidía al ocurrir su deceso. El Supremo Consejo grado 33º le había otorgado el referido grado en 1958".
Barcia Trelles, Augusto (1881-1961). "Doctorado en jurisprudencia en su patria, España, fue catedrático, diputado a Cortes, ministro de Estado, y presidente del Consejo de Ministros. Durante la Segunda República representó a su patria en el exterior. Exiliado más tarde, se radicó en la Argentina, donde ejerció el periodismo, representó al gobierno español en el exilio y se dedicó a las investigaciones históricas. Entre sus obras merecen ser recordadas José de San Martín; San Martín en España y San Martín en América. Iniciado muy joven en su patria, fue Gran Maestre Nacional del Grande Oriente Español y Gran Comendador del Supremo Consejo grado 33º para España de 1928 a 1933. En la Argentina se incorporó a la Logia Demócrito Nº 160".
Iniesta, Juan Manuel (1880-1950). "De origen español, tuvo destacada actuación gremial en el país. Nucleó a los vecinos de Liniers y fue iniciador de varias mejoras en aquella barriada. Dirigente de la Biblioteca Argentina para Ciegos. De regreso a su país fue secretario del Banco Hispano de Edificación, luchó durante la guerra civil de 1936-39 y administró un hospital. Como periodista colaboró en numerosos órganos y como literato anotó una edición del Quijote. En su patria fue Gran Maestre de la Gran Logia Regional del Centro de España (1932-33). En la Argentina fue Gran Maestre de la Gran Logia Hispano-Americana y durante varios años delegado del Grande Oriente Español".
Muy activo en el Centro Republicano Español, en la Oficina de Prensa al Servicio de la República Española y en la secretaría de la organización "Amigos de la República". También ejerció la representación en nuestro país del Supremo Consejo del Grado 33 de España. Fue uno de los fundadores del Gran Oriente Federal Argentino (G.·. O.·. F.·. A.·.) y a su muerte ocupaba, en el Gran Consejo de la Orden, la Gran Secretaría de Relaciones Exteriores.
Blasco Garzón, Manuel (1885-1954). "Jurisconsulto y político español que fue catedrático de la Universidad de Sevilla. Periodista y publicista, fundó y dirigió la revista Archivos de Antropología de Sevilla. Historiador meticuloso, a su pluma se deben diversos estudios, así como la Historia de América desde la Independencia hasta nuestros días (en apéndice de la Historia Universal de César Cantú) y sendos ensayos sobre Alberdi y Sarmiento. Fue alcalde de Sevilla, diputado a Cortes de 1923 a 1930 y de 1933 a 1936 y ministro de Justicia durante el gobierno de Azaña. Asimismo fue cónsul y más tarde ministro plenipotenciario ante el gobierno argentino. Iniciado en 1905 en la Logia Numancia de Sevilla, en 1939 se afilió a la Logia Prometeo Nº 367 de la Capital Federal".
Fuentes y referencias de estos textos: Alcibíades Lappas, La Masonería Argentina a través de sus hombres; Archivos personales del G.·. O.·. F.·. A.·. y revistas Verbum. Archivo masónico de Argentina.
(4) Gran Logia Nacional Argentina, Boletín Oficial, Agosto de 1928 (E.´. V.´.), Buenos Aires, Año III, Nº 3, págs. 5 y ss. Archivo Masónico de Argentina.
(5) Compartían la sede con el Supremo Consejo de México.
(6) Se refiere al Supremo Consejo Español, que fue establecido en el exilio en la ciudad de México, con la aprobación del Supremo Consejo de la República Mexicana.
(7) Revista Masónica Verbum, Cuarta época, Año XV, Nº 23, pág. 543 y ss., Buenos Aires, Setiembre de 1949. Archivos del Gran Oriente Federal Argentino - G.O.F.A y Archivo Masónico de Argentina (1935-2012).
(8) Revista Masónica Verbum, Tercera época, Año II, Nº 15, Buenos Aires, Febrero-Junio de 1943. Archivos del Gran Oriente Federal Argentino - G.O.F.A. y Archivo Masónico de Argentina (1935-2012).
(9) La breve visita de Diego Martínez Barrio coincidió con el último tramo del gobierno de Ramón Castillo (1942-43), que fue derrocado por los militares en la llamada Revolución del 43, precisamente en junio,  hacia la época en el que fue editado este documento, siendo Castillo el último de los presidentes enmarcados dentro de la llamada década infame (1930-1943) iniciada por el general Uriburu con el primer golpe de Estado contra Yrigoyen. Este período fue considerado muy autoritario y con presidencias corruptas y fraudulentas.

Ver: "Diego Martínez Barrio y la Masonería española en el exilio"

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