Internet es algo magnífico, en eso estamos de acuerdo, aunque hay veces en las que se pueden encontrar consejos realmente peligrosos o descabellados.
Un tema recurrente es el del blanqueamiento dental casero... y da mucho miedito ver algunos de los trucos que proponen, porque deberíamos cuidar nuestros dientes para que nos durasen toda la vida. Por ejemplo, hay quien ha oído que el peróxido de hidrógeno es uno de los productos que utiliza el odontólogo para blanquear y dice, pues si eso es agua oxigenada y yo tengo en casa...¡Hala! Pues voy a ponérmela yo y así me ahorro un dinerito! Y además lo recomiendo. Pues, amiguitos, el peróxido que se utiliza en consulta no es el mismo que el del botiquín.
Los dientes se pueden manchar por muchos motivos: café, té, refrescos de cola, especias, vino, tabaco, uso excesivo de enjuages dentales y colutorios... vamos, los sospechosos habituales. Aunque puede haber otro tipo de manchas, como las provocadas por medicación o por anomalías genéticas, algo más complicadas de eliminar.
Para eliminar las manchas dentales de una forma eficiente y segura, lo más recomendable es acudir al dentista para que evalúe cuál es tu problema y que te haga una revisión dental completa para saber si puedes hacerte un blanqueamiento dental o no. Unas encías dañadas, caries u otros problemas dentales, pueden hacer que no seas un@ candidat@ apropiado@ para un blanqueamiento. El odontólogo será el que solucione primero los problemas que puedas tener (si fuese necesario, claro) para que, una vez con la boca sana, puedas recibir un tratamiento blanqueante profesional. Debes pensar que todo tratamiento que deja los dientes más blancos, es abrasivo en mayor o menor medida, así que si tienes las encías inflamadas o los dientes estropeados, el remedio será peor que la enfermedad. Además, tu dentista valorará qué sistema es más apropiado para ti (en casa con una férula, en consulta, ambos...) y te hará un seguimiento durante el proceso. Y pondrá un poco de cordura en el tono que quieres conseguir, porque siempre tendemos a buscar un tono blanco nuclear, que no siempre es favorecedor.
Y, por experiencia propia, un tratamiento blanqueante profesional es laborioso, algo incómodo y no demasiado barato. En mi caso fue un tratamiento en casa con supervisión médica en clínica. Primero comenzó con una limpieza en profundidad y algún arreglillo extra. Me hicieron una férulas a medida, en las que ponía el blanqueante y que me dejaba puestas varias horas a lo largo de algunas semanas. A veces me escocía un poco, aunque nunca tuve que usar un producto que me dieron para neutralizar y calmar. He de reconocer que no me acarreó demasiada sensibilidad dental y que el resultado fue bueno. Eso sí, me avisaron de que si abusaba de ese tipo de tratamientos, el blanqueado cada vez sería menos visible y la sensibilidad cada vez mayor, por lo que me recomendaron que evitase que las manchas volviesen a aparecer.
Me aconsejaron que no tomase café (no supuso un gran problema), vino tinto (alguna copita sí que tomo, pero no a diario) y té. Y en el té está el gran problema, porque mancha muchísimo (da igual que sea blanco, verde rojo o negro) y no puedo resistirme. Así que, para evitar que las manchas se volviesen a depositar, comencé a utilizar pastas blanqueantes de supermercado... y nunca me funcionaron. Hasta que me dieron una muestra de Lacer Blanc Plus con una revista y ví el cielo abierto... y la tetera llena ;)
Es la única que me funciona de verdad y que elimina las manchas existentes y evita que se fijen otras nuevas. Eso sí, aunque dice en su publicidad que es una pasta con baja abrasividad, a veces consigue que se me pele el interior de la boca, sí, sí, como cuando la gente se quema con el sol. Eso se evita no utilizando la pasta con demasiada frecuencia. Yo la utilizo una vez al día como máximo y el resto de los cepillados lo hago con una pasta normalita. Y aunque habla de que no provoca sensibilidad, algo sí se nota alguna vez, quizás sea porque ya me hice un blanqueamiento previo. Por supuesto, Lacer Blanc Plus también elimina la placa bacteriana, como cualquier otra pasta.
Cuando necesite volver a blanquear mis dientes, volveré al profesional, porque no quiero poner en peligro mis dientes; no sólo por estética, también por salud. Una buena dentadura es un engranaje fundamental de nuestro cuerpo que, cuando falla, puede provocar problemas graves.
Por favor, antes de utilizar remedios caseros para blanquear tus dientes, piensa si te operarías de apendicitis o te cortarías el pelo tú mism@. Pues igual sucede con tus dientes y su color: ve al dentista y, si no quieres o no puedes, utiliza una pasta dental de las que se compran en farmacias, que quizás no seas tan efectiva como otras soluciones, pero es mucho más segura. Y, por cierto, cerciórate de que la clínica a la que vas es de fiar. Ahora han surgido como setas consultas de dentistas (incluso franquicias) que ofrecen servicios por precios inferiores incluso al valor de los materiales que se usan... y por algo será.
Sonrisas blancas, sí, pero sanas.