Revista Cocina
Descubre la dieta macrobiótica de las celebrities con la que mantienen la piel bonita y los kilos de más a raya. Más que una forma de comer sana y natural, es todo un estilo de vida.
Puesta de moda por muchas modelos, actrices e iconos del ‘papel cuché', la dieta macrobiótica aporta innumerables beneficios para la salud además de armonía interior. ¿En qué consiste realmente este tipo de alimentación? Ni es una dieta vegetariana estricta (aunque lo es en buena parte), ni un régimen de adelgazamiento, va mucho más allá. Nació a principios del siglo XX en Japón, de la mano de George Ohsawa, con la intención de aliviar muchas dolencias a través de la nutrición, bajo la creencia de que la mayoría de problemas de salud, tanto físicos como mentales, se deben a una mala asimilación de ciertos alimentos.
Una alimentación equilibrada
Aunque la dieta macrobiótica no prohíbe ningún tipo de alimento, rechaza el consumo de productos refinados (envasados y procesados que contienen químicos que desequilibran nuestra energía vital), y apuesta por una alimentación a base de nutrientes vivos, sobre todo de origen vegetal, cocinados de forma saludable, e ingeridos lentamente (recuerda las sabias palabras de Gandhi: "Bebe tu comida y mastica tu bebida"). Carne, pescado, lácteos y huevos deben estar presentes en cantidades pequeñas, la base de esta dieta se centra en cereales, legumbres, verduras, algunas frutas, semillas y proteínas, a ser posible de cultivo natural o biológico, y siempre integrales. De entre todos los alimentos de origen vegetal, los más equilibrados son los cereales, por ello el arroz integral es la base de este tipo de alimentación. Pero para que la dieta macrobiótica funcione debe haber una combinación acertada entre proteínas, cereales y legumbres, y recuerda: cada uno de nosotros debemos buscar nuestro propio equilibrio, así que, si decides iniciarte, lo mejor es que busques un buen asesor que te guíe en tus primeros pasos.
El Yin y el Yang. Todo lo que nos rodea y forma parte de nuestro organismo se puede clasificar como yin y yang. La dieta sana, ha de tener un equilibrio entre ambas energías. Los alimentos se clasifican en ‘yin' (frío, vegetal, ácido, dulce...) o ‘yang' (caliente, salado, amargo...) y deben combinarse sabiamente para que no se produzcan ni carencias, ni excesos. Si tenemos exceso de energía yin (fumamos, consumimos alimentos refinados, alcohol o fármacos), debemos compensarlo eligiendo alimentos con más carga yang (huevos, carne, pescados..., y largos procesos de cocción). ¿Lo mejor? Elegir alimentos neutros que contengan una equilibrada proporción entre ambos, como las semillas, legumbres y cereales integrales.
Las algas
Quizás muy desconocidas pero grandes tesoros nutricionales. Estas verduras del mar están muy presentes en la dieta macrobiótica, ya que aportan al organismo una ingente cantidad de vitaminas, minerales y oligoelementos. Son verdaderas joyas no solo para la salud, sino para la belleza, ya que mantienen la piel tersa e iluminada y favorecen el crecimiento y buena salud del cabello. Añade a tus platos un plus de salud, en el mercado puedes encontrar una gran variedad de algas naturales o en cápsulas, ¿quieres conocer un secreto de belleza de Japón? Las algas "Hiziki", ricas en calcio y betacarotenos con propiedades para fortalecer el cabello y tonificar la piel.
Toma buena nota porque afirman que uno de los primeros cambios que se experimenta con la dieta macrobiótica es la sensación de equilibrio, buen estado de ánimo y paz interior. Con razón es la preferida de las ‘celeb'...