Cada vez es mayor el índice de obesidad infantil. No es por estética que los niños deberían tener el peso deseable de acuerdo a su talla, sino por su salud. Combatiendo este problema a tiempo, se conseguiría reducir el riesgo de sufrir graves enfermedades en edad adulta.
VEGETALES, en el primer plato o como guarnición
Tal vez le cueste con la coliflor o las acelgas, pero ¿has probado con unos espaguetis con calabacín y atún? o ¿con una crema de calabaza? De lo que se trata es de que coman más verduras y hortalizas, alimentos tan ligeros y saciantes como sanos. Si no es en el primer plato-verdura salteadas con gambas, revuelto de espárragos, hojas de col al horno rellenas de carne, etc.-, inclúyelas como guarnición-calabaza a la plancha, brochetas de champiñones, etc.-.
Las FRUTAS es el postre de elección
En especial, los niños con sobrepeso deberían comer tres piezas de fruta de tamaño mediano al día. Sustituyendo los postres lácteos-natillas, flan, arroz con leche...-por un kiwi, una ciruela o una pera, para reducir el aporte grasas y azúcares y, por tanto, el número de calorías del menú.
Elige la PASTA y el PAN INTEGRALES
Los niños con sobrepeso han de seguir consumiendo alimentos ricos en hidratos, el macronutriente que les aporta la energía que tanto necesitan. Vale la pena, eso sí, optar poe el pan, los cereales, la pasta y el arroz integrales. Por su riqueza en fibra, estos aliementos controlan su apetito durante más tiempo, y, al prevenir los picos de insulina, reducen el almacenamiento de grasas.
Sí a las salsas a base de TOMATE
Con tomate fresco envasado al natural, cebolla picada y unas gotas de aceite darás con una sabrosa salsa a la par que ligera, el sustituto ideal de las salsas a base de aceite -mayonesa, alioli, etc.-, o de base láctea -nata líquida, queso, leche y harina, etc.-. También es buena idea añadir rodajas de tomate a los bocadillos a fin de potenciar el sabor del queso fresco, el pavo o el jamón, algunos de los rellenos menos calóricos.