Casi todo el mundo, hasta los más urbanitas, han disfrutado el turismo rural en alguna ocasión. ¿Quién no se ha ido de fin de semana a una casa rural para descansar? Volvemos como nuevos porque la naturaleza nos recarga las pilas, los manjares del pueblo nos sacian las penas estomacales, las actividades en el campo desconectan el cable que une nuestro cerebro con “eso” llamado estrés y contemplar un horizonte sin muros enfrente nos hace respirar buen rollo. Pero alguien ha pensado al volver a la ciudad ¿qué le hemos dado nosotros a cambio a la naturaleza?
Si quieres ser justo conviértete en ecoturista. Simplemente disfruta de la naturaleza a la vez que ayudas a su conservación. No tienes que hacer nada más ¿Cómo es posible? Muy fácil. Gracias a una iniciativa pionera en España que promueve la alianza entre alojamientos, empresas turísticas y ONGS comprometidas con el medioambiente. Duerme en lugares con encanto, monta en bici, pasea a caballo, visita parques naturales, degusta la gastronomía local y descubre la fauna. Una parte de lo que gastes en hacerlo irá destinada a proyectos de conservación y a promover el desarrollo local de los lugares que visitas.
Aquí tienes mis diez motivos para pasarte al ecoturismo:
1- Disfruta en familia:
Llévate a los más pequeños de ruta. Ellos se lo pasarán genial jugando a ser exploradores en una dehesa o buscando renacuajos en una charca, mientras aprenden de la mano de profesionales el respeto por la naturaleza. Un buen ejemplo es esta familia que avista buitres con un catalejo en la Peña Amarilla, dentro del Geoparque Villuercas en Cáceres, de la mano de GrusTours, especialistas en turismo sostenible en Extremadura.
2- Desconecta en entornos vírgenes:
España tiene multitud de entornos naturales protegidos en los que merece la pena perderse, como el Parque Nacional de Monfragüe. Aunque recibe muchos turistas, tiene rincones muy especiales que permanecen escondidos para la gran parte de los visitantes. El Salto del Corzo es la joya mejor guardada del parque y a la que ahora puedes llegar gracias a los expertos guías de Monfragüe Vivo.
3-Haz deporte en plena naturaleza en las Vías Verdes:
Ya sea en bici o a pie aprovecha los kilómetros que te ofrecen las vías verdes (antiguas vías de tren reconvertidas en senderos) para practicar deporte en parajes naturales sin ningún peligro. La Vía Verde de la Jara, entre Toledo y Extremadura, te ofrece además un lugar perfecto para reposar después de la ruta. En el apeadero de La Pizarrita, donde nunca llegó a parar ningún tren, puedes comer y dormir en auténticos vagones perfectamente habilitados.
4- Contribuye a la conservación del medioambiente:
Tienes la oportunidad no solo de ayudar al medioambiente, sino de conocer de cerca cómo realizan su trabajo los profesionales que dedican su tiempo y conocimiento a ello. El mejor ejemplo es la visita al Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas que la Fundación Aquila tiene en Sevilleja de la Jara (Toledo). Allí recuperan aves heridas, enfermas, intoxicadas por plomo o electrocutadas, como el águila calzada de la foto que perdió un ala. Además luchan por que el águila imperial, en peligro de extinción, continúe sobrevolando nuestros montes.
5- Piérdete en pueblos pintorescos con historia:
Pasea por las callejuelas de los pueblos, pisa sus calles a veces empedradas, otras tan solo con arena, charla con los vecinos para empaparte de la cultura local, de sus tradiciones, deja que te enseñen el valor de cosas a las que no les dabas importancia. Y con suerte puedes recalar en un lugar como Guadalupe (Cáceres) donde contemplar sin prisa su majestuoso monasterio. Estas son las vistas desde el Parador del pueblo.
6- Conoce personas extraordinarias:
Uno de los mejores regalos que te da viajar es descubrir personas increíbles que te reciben con los brazos abiertos, que te abrazan con sus historias, valientes, con los ojos rebosantes de pasión, que comparten lecciones de vida que ni siquiera son conscientes de poseer. Como Carmen, del Palacio Viejo de las Corchuelas a la que no te cansas de escuchar; o como Juan Manuel, capaz de darlo todo por conseguir un sueño.
7- Rompe prejuicios y aprende de ellos:
Qué mala imagen ha tenido siempre la oveja negra. Practicando ecoturismo desterrarás prejuicios y verás con una mirada nueva lo que antes no querías ver. Aprende sobre la importancia tan vital de mantener nuestros ecosistemas y descubre que, con muy poco, puedes hacer mucho. La Fundación Global Nature con un paseo por su dehesa extremeña te enseñará todo eso y, además, lo bonitas que son las ovejas negras.
8- Avista aves:
Las prisas de la ciudad siempre nos hacen ir mirando al suelo para ver dónde ponemos los pies. Sal al campo, levanta la vista y descubre todo lo que te estabas perdiendo: buitres, cigüeñas negras, águilas, halcones… En el Parque de Monfragüe el cielo se viste todos los días de plumas. Jesús, de Iberian Nature, te ayuda a verlas de cerca y te enseña cientos de cosas.
9- Degusta la gastronomía de kilómetro cero:
Está claro que a los españoles se nos gana por el estómago y que de los fogones de pueblo salen manjares increíbles. Pero si además sabemos que estamos consumiendo productos locales con los que ayudamos a la economía del lugar y que los alimentos son ecológicos y no transgénicos, seguro que la comida nos sienta mucho mejor. Porque estas criadillas de tierra son el mejor ejemplo y además estaban deliciosas.
10- Redescubre el valor de las pequeñas cosas:
No hace falta explicar este motivo, ¿verdad?
Si he logrado convencerte de las ventajas que tiene para el medioambiente y para ti ser ecoturista o, al menos, he despertado tu curiosidad, entra en la web SoyEcoturista y descubre más.
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