Para el filósofo Walter Benjamin, el cine era un arma de doble filo: podía ser utilizado como un medio propagandístico por partidos de cualquier ideología en tiempos convulsos (como los que él vivió) pero también representaba una nueva forma de arte capaz de revelarnos una hasta entonces desconocida conciencia con respecto a aquello que no somos capaces de ver porque no lo hemos vivido en primera persona. El alcance del cine es, en la actualidad, irrefutable, y puede suponer una gran herramienta para educar en clave ambiental: en un momento en el que los contenidos audiovisuales se multiplican exponencialmente cada día, el cambio climático toma mayor presencia en nuestras pantallas.
Diversos formatos derivados del cine, como las series documentales o los cortometrajes, permiten llevar las complejidades de un tema como este a un gran público. Las posibilidades narrativas, el empleo de animación, o incluso la ciencia ficción son herramientas que numerosos creadores emplean a la hora de hablar sobre la problemática. Estas son las diez películas que abordan, cada una de forma única, los efectos de nuestros modelos de producción y consumo sobre la salud del planeta (y lo que puede significar en el futuro).
'Last and First Men (2020)', de Jóhan Jóhansson
Un mensaje de auxilio y un ofrecimiento de ayuda, desde algún lugar fuera del Sistema Solar, emitido por los últimos humanos. La voz de Tilda Swinton narra lo que la humanidad ha sufrido durante millones de años mientras la cámara muestra imágenes de otro mundo, grabadas en 16mm y en blanco y negro, donde no se observa un ápice de vida. El mensaje es claro: estamos conectados con el resto de generaciones, pasadas y venideras. Un juego de ciencia ficción, basado en la novela de 1930 de Olaf Stapedon, La última y la primera humanidad, que obliga a reflexionar sobre las consecuencias de nuestras acciones.
'Blue Planet II '(2017), de David Attenborough
La voz del conocido naturalista no se cansa de dar lecciones con respecto a la relación del ser humano con el mundo y la naturaleza. Más de 15 años después del estreno de su aclamado documental, Blue Planet, la segunda parte llega con la inevitable confirmación de los graves cambios que han sufrido mares y océanos -y todas sus criaturas- por culpa del ser humano. La sucesión de fotogramas es agridulce: no resulta sencillo disfrutar plenamente de la belleza del planeta y su biodiversidad conociendo los peligros del cambio climático que nos sobrevuelan.
'Melancholia' (2011), de Lars Von Trier
La incertidumbre que aborda a los personajes de este largometraje ante la posibilidad de que la colisión de un planeta llamado Melancolía destruya la Tierra se antoja familiar, aunque a una nueva escala. En esta película, la desesperación de la humanidad provoca que, incluso ante el fin inminente, se nieguen los hechos. Melancholia invita al público a plantearse cómo afecta a nivel personal este tipo de avisos que, al igual que los derivados del cambio climático, hablan de la fatalidad de nuestro destino. Una reflexión que puede salvarnos la vida antes de que la melancolía se apodere por completo de nosotros.
'La princesa Mononoke' (1997), de Hayao Miyazaki
El conflicto entre naturaleza y tecnología dibuja la línea narrativa de este largometraje animado. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de directores que tratan este tema, Miyazaki diluye esas fronteras maniqueas que suelen caracterizarlas. El diálogo entre avance tecnológico y protección de la naturaleza, entre el mundo real y el fantástico, se muestra lleno de matices y contradicciones, y habla de la necesaria interdependencia de ambos para la supervivencia humana. Una lucha entre el consumo de los recursos y las animadas venganzas del sistema natural a dicho crimen.
'This is not a burial, it's a resurrection' (2019), de Lemohang Jeremiah
En ocasiones olvidamos que el cambio climático no destruye únicamente el régimen de lo natural, sino que numerosas culturas alejadas del capitalismo occidental ven cómo sus sistemas sucumben a medida que avanzan las acciones agresivas sobre el mundo natural. Ambientada en Lesoto, esta película se centra en cómo la modificación de ecosistemas y territorios afecta a las poblaciones humanas en una historia narrada a través de la experiencia de una anciana que trata de luchar contra la desaparición de su pueblo bajo las aguas de una nueva presa hidroeléctrica. Lo poético de lo visual se entremezcla con las víctimas invisibles de un sistema que ignora la estrecha relación entro lo humano y lo natural.
'Okja' (2017), de Bong Joon-ho
La industria cárnica no solo contribuye al cambio climático como una de los principales emisoras de gases de efecto invernadero, sino que también es la principal responsable de la deforestación. Ante una necesidad cada vez mayor de transicionar hacia dietas que prioricen los componentes vegetales, películas como Okja plantean cuestiones fundamentales de nuestra época: ¿Qué tipo de relación queremos tener con el resto de los animales del planeta? ¿Podemos seguir apostando por la ignorancia selectiva con respecto a nuestra alimentación? ¿Cómo compaginar los retos climáticos y ecológicos con el modelo productivo actual? La historia de la cerda Okja y su amiga Mija es un acercamiento audiovisual a uno de los grandes problemas de nuestro tiempo.
'Mareas Ocultas' (2019), de Mònica Cambra
La inconmensurabilidad del mar, apoyada por la belleza visual de este cortometraje, queda inundada por el desagradable contenido de las redes del barco pesquero en el que el espectador viaja durante los 10 minutos que dura el cortometraje. Peces, plantas, basura, residuos. El fondo marino se está convirtiendo en un vertedero que, más allá del factor contaminante que representa, afecta a nivel económico y emocional a aquellos que se dedican a la pesca tradicional. No hay palabras ni diálogos para narrar la crudeza de un problema como este, ya que los momentos de pausa y reflexión tras su visionado quedan asegurados.
'Litoral' (2019), de Juanjo Rueda
Una entrevista a Ana Robles, anciana malagueña que cuenta la historia de su vida para hablar, desde lo cotidiano y sin ninguna pretensión, sobre cuál es la mejor forma de apreciar los cambios y transformaciones que sufre nuestro entorno. La superposición de fotografías antiguas sobre la narración visual permite apreciar la transformación de un territorio como el litoral español, donde el crecimiento industrial y la urbanización sin límites de un país que ha crecido a golpe de turismo masificado entra en detrimento de una costa ecológicamente diversa en la que, en tiempos de Ana Robles, las actividades eran mucho menos invasivas. La masificación y estacionalidad del turismo, actividad que descontrolada degrada el territorio y fragiliza las economías locales, son unos de los principales retos a los que se enfrenta la lucha por la sostenibilidad de España.
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