Maruja Torres, con setenta años a sus espaldas y mil batallas en el recuerdo, ha sido convocada en el despacho del director de El País, diario en el que ha pasado los últimos treinta años de su vida profesional, pero algo en el ambiente augura que no será para nada bueno. En este punto comienza Diez veces siete: de la niña del Raval, abandonada demasiado pronto por su padre, hasta la famosa reportera admirada por miles de jóvenes periodistas de este país. Un diálogo directo con el lector. Una obra saltando en el tiempo que habla con valentía de los afectos, los amores, el periodismo y el compromiso.
He leído infinidad de artículos escritos por Maruja Torres, pero nunca hasta este mismo momento la había leído en un libro en donde se sincera con todo aquel que la quiera leer.
Con un lenguaje sencillo, claro y directo nos sumerge dentro de su vida. Me he dado cuenta que no lo ha tenido nada fácil pero es una luchadora, una persona con principios y con valores que casi están en vía de extinción. Pone las cartas sobre la mesa, entre pasado y presente nos cuenta como se sintió cuando abandono la redacción de El País, pero a su vez, nos narra alguna de sus vivencias y pensamientos en Beirut, lo que ella siente por este lugar, como ha vivido allí....pero no solo no habla de este lugar que a muchos de vosotros os parecerá remoto, Maruja, nos habla de El Cairo, de Siria.... Retazos de su vida, de sus nostalgias, de sus amigos perdidos y de los que aún siguen junto a ella. La visión del mundo vista desde los ojos de Maruja, sin tapujos y sin pelos en la lengua. Una lectura ágil, dinámica, se lee en unas horas puesto que te engancha y quieres conocer mucho más de la vida apasionante que ha tenido su autora. Una novela muy visual, tan descriptiva que es como si estuvieses paseando por el mismo Beirut o en los balcones de un hotel en El Cairo... No es una autobiografía al uso puesto que Maruja Torres es una persona que dice al pan, pan y al vino, vino. Lo que piensa lo plasma en esta nueva novela y espero que no sea la última.
Se nota desde que comienza hasta que termina, que lo ha ido escribiendo con el corazón en la mano, volviendo hacía delante y hacía atrás constantemente, pero de manera que lo que deja colgado lo retoma más adelante.
Me ha dejado la miel en los labios, me encantaría volver adentrarme en sus palabras y en su pluma pero sobre todo, seguir conociéndola un poco más.
Una voz que se alza en estos tiempos tan oscuros que vivimos y aunque son episodios bastante oscuros, termina con una luz potente.
-Agradecimientos a la editorial -Fotos de mi autoria