Es una pena que cada cierto tiempo haya que recordar cosas como esta, pero últimamente parece que no sólo es necesario sino imperativo. Basta darse una vuelta por internet para darse cuenta de ello. Estos dos párrafos pertenecen a Carl Sagan, de su obra “El mundo y sus demonios”, y sigue siendo necesario tenerlos presentes para que no nos den gato por liebre.
Ciencia
La ciencia [...] plantea hipótesis de modo que puedan refutarse. Se confronta una sucesión de hipótesis alternativas mediante experimento y observación. Desde luego, cuando se descarta una hipótesis científica se ven afectados los sentimientos de propiedad, pero se reconoce que este tipo de refutación es el elemento central de la empresa científica.
Pseudociencia
La pseudociencia es justo lo contrario. Las hipótesis suelen formularse precisamente de modo que sean invulnerables a cualquier posibilidad de refutación, por lo que en principio no pueden ser invalidadas. Los practicantes se muestran cautos y a la defensiva. Se oponen al escrutinio escéptico. Cuando la hipótesis de los pseudocientíficos no consigue cuajar entre los científicos se alegan conspiraciones para suprimirla.