
Los prebióticos estimulan la formación de ácido láctico bajando el pH del intestino grueso, esta acidificación del pH impide el crecimiento de la bacterias patógenas. Refuerzan nuestro sistema inmunológico y mejoran la absorción de vitaminas y minerales como el calcio, hierro y magnesio.Se puede decir que los prebióticos son un complemento de los probióticos, son como un alimento para los probióticos. No son organismos vivos, son ingredientes que se encuentran en algunos alimentos y que al igual que los probióticos no son digeribles. Son los oligosacáridos y la inulina; aunque los más eficaces son los frutooligosacáridos. Se encuentran en alimentos frescos, sobre todo en frutas, verduras y en la leche materna.

Los prebióticos son beneficiosos tanto para la diarrea como para el estreñimiento, bajan los niveles de colesterol y de triglicéridos. Disminuyen las infecciones por Clostridium, Coliformes, Enterococs o Salmonella.

El consumo de probióticos y de prebióticos no tiene ningún efecto secundario y se puede decir que siempre que se empleen de forma moderada son buenos para la salud. Una alimentación con frutas, verduras, queso y yogur garantiza el aporte necesario de probióticos y prebióticos para el correcto funcionamiento del sistema digestivo.
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