Si descongelas los alimentos en el interior de la nevera, la propia nevera aprovechará la baja temperatura que se ha utilizado para congelar estos alimentos y reducirá su consumo energético.
Si vas de excursión o viaje, evita llevar objetos envueltos porque así generarás menos desperdicios. Lleva también una bolsa para poner dentro los papeles, las latas y las pequeñas sobras hasta que encuentres un contenedor.
Vacía bien los envases antes de tirarlos y aplastarlos para que ocupen menos espacio. Así, cabrán más residuos en el contenedor y se reducirá el gasto de transporte.
El frigorífico es mejor colocarlo alejado de las fuentes de calor y con suficiente ventilación, así no consumirá más energía para generar más frío.