Revista Opinión

Difumina y vencerás

Publicado el 17 diciembre 2011 por Carmentxu

A la derecha le pone especialmente nerviosa lo público. No lo controlan, no lo entienden y, por tanto, es el centro de sus ataques. En el momento en que la empresa privada entre en lo público, éste dejará de serlo y pasará a ser eso precisamente: privado. De esta manera tan simple se desvirtúa todo un sistema, un estado de la cuestión que, contra lo que se empeñan en convencernos, ha funcionado sin ningún problema, con superávit desde su creación. Quien parece no haber funcionado de forma tan ejemplar, precisamente, es lo privado. Y debería ser la patronal quien hiciera acto de contricción y reflexionara: sobran empresarios, sobran malos empresarios. Para disfrazar sus miserias, la patronal CEOE, una entidad sobredimensionada pero allá ella y quienes pagan las cuotas de las que se nutre, pretende convertir a todos los empresarios en malos: que creen minitrabajos con microexpectativas de futuro, que ahoguen la ambición, las ganas y el espíritu de los jóvenes, que despidan a sus mayores, que son su gran activo y cimentan la transmisión de conocimiento… Así, todos malos y sin distinción, no se notarán las diferencias y podrán permanecer tras la cortina protectora de la duda razonable. Al igual que un mal jefe echa la culpa del estropicio a sus subordinados para salir él airoso de una situación lamentable, estos patronos que gobiernan a los patronos echan la culpa a los trabajadores para defender lo indefendible: su ineficacia, su despilfarro, su gestión nefasta, su falta de talante y de espíritu negociador, su codicia y su egoísmo. A partir de aquí, lo público es el vicio y lo suyo la virtud que hay que preservar. Así nos va. Así les va.

Mientras tanto, feliz sábado.


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