Seamos sinceros. Encontrar un libro único y autoconclusivo es más difícil que encontrar las siete bolas de Dragón, ser aceptado en Hogwarts y sobrevivir a los Juegos del Hambre, todo en el mismo día. Así están las cosas. Ahora bien, no tengo ningún problema con las continuaciones. Bueno, en realidad, sí: mi problema es que tarden tres mil años en publicar esas otras partes, si es que llegan a salir. No tendría ningún problema y no estaría escribiendo esto si en los libros que pertenecen a sagas, hicieran lo siguiente:
- Advertencia en la cubierta sobre que es una saga, cosa que puede dañar seriamente nuestra paciencia.
- Adjuntar junto al libro un contrato firmado y vinculante, en el que la editorial se comprometa a publicar en español todos y cada uno de los libros que componen la saga en un espacio de tiempo relativo y aceptable y (muy importante) respetar en todos y cada uno de ellos el tamaño, estilo de portada y demás para que no se produzca un abismo eterno y preocupante de desigualdad en nuestras queridas estanterías.
Esto sería lo lógico y lo que se debería hacer, pero no se hace. Y así es como he acabado yo con mil sagas inacabadas, en las que tengo que imaginarme yo el final y siempre, como soy un poco vaga y macabra, opto por el “Todos mueren y fin”.
Salamandra se lleva la palma, y estoy casi convencida de escribirles rogándoles y suplicándoles que publiquen por favor el último de Georgia. Lo suyo es un poco de película de miedo y me he llegado a imaginar su sede central con un despacho en el que hay un hombre sentado en su silla de espaldas al escritorio, que cuando entras se da la vuelta lenta y dolorosamente, y justo cuando se gira hacía ti y quedáis el uno enfrente del otro te mira y te muestra el último libro de Georgia y te dice: “¿Quieres jugar a un juego?”
Los que no conozcáis esa magnifica y maravillosa saga os diré que son diez libros, de los que han publicado sólo nueve y el noveno fue hace cosa de dos años; por si esto fuera poco, con el séptimo y octavo libro decidieron cambiar el diseño de cubierta y con el noveno dijeron “bueno, pues volvemos a lo de siempre”. Sí, sé lo que estáis pensando y sí, me tenía manía y era el hermano secreto y malo de Grinch, que una cosa es robar la navidad, y otra es hacerme esto a mí.
Evidencias:

Fijaos en el cambio de letra y diseño en el séptimo y octavo libro.

Por obviar que en ese hueco falta el décimo y último, of course. ¿De verdad eran necesarias ese cambio de portadas en el séptimo y octavo? ¿Seriously?
Pongo esta serie como ejemplo, porque es en la que más se nota esta tendencia a dejar las cosas inacabadas y que yo veo, personalmente, como una falta de respeto hacia el lector. Los libros valen dinero, si me dicen: “¡Oye! ¿Qué te parece gastarte 89.50 euros (sí, lo he calculado) y después quedarte sin saber qué pasa al final?” Estupendo, vaya. El día que les de por publicar el último, tendré hasta una erección literaria, no digo más.
Han habido más casos, muchos más, mis estanterías rebosan de libros huérfanos a los que les faltan sus hermanos. Y yo no puedo hacer otra cosa que preguntarme ¿Por qué? Y estas cosas hacen que cuando un libro pertenece a una saga, un escalofrío me recorra el cuerpo y sienta miedo, ponga los ojos en blanco y diga “¿por qué le pasan cosas malas a la gente buena'?” Y quiera huir, pero ya es demasiado tarde…
Y he aquí mi dilema universal:
¿Que opinión os merecen las sagas? ¿Tenéis muchas inacabadas? ¿Cuál es esa saga que más rabia os ha dado que os dejen a medias, porque sabéis que no se van a publicar sus continuaciones?
Maisha
