Como no tengo mucho tiempo para escribir entradas nuevas voy a aprovechar un trabajo de clase. Se trata de una síntesis con valoraciones personales de un artículo de Adolfo Manuel Sánchez Cuadrado títulado La química y el aula de E/LE.Dinámica de grupos y la atención a la dimensión social del aula de idiomas publicado en MarcoEle.
La importancia del trabajo en grupo en el aulaLos profesores de idiomas hablan de la química, la compenetración, la unidad, en resumen, la buena dinámica grupal en el aula, pero lo hacen más como un deseo que como un hecho que debería desarrollarse de manera natural. Aunque estemos acostumbrados a enfocar el éxito del proceso de enseñanza en elementos como la evaluación, la atención a las necesidades particulares de los alumnos, el buen desarrollo de las actividades, el uso de los materiales etc. todo ello se pone en práctica dentro de un grupo, y este carácter grupal determina la buena marcha de la práctica docente.Personalmente, considero que el buen ambiente dentro de un aula puede favorecer el proceso de aprendizaje, o por el contrario perjudicarlo. El hecho de que los alumnos se lleven bien y sepan cooperar entre ellos puede aportar experiencias de aprendizaje más significativas y enriquecedoras.
La dimensión social del aula de idiomasEl profesor de idiomas desarrolla su trabajo alrededor de un grupo de estudiantes, ya sea a nivel macro-docente (programamos y evaluamos en función del grupo) o a un nivel micro-docente (nos adaptamos a la realidad diaria del grupo en el aula y hacemos uso del trabajo cooperativo). Para que las labores del grupo no se pierdan es necesario analizar qué constituye un grupo y cómo funciona. Tomando de partida la psicología social podemos encontrar algunas bases para la toma de decisiones docentes.
Grupos para conocerseEl formar grupos de trabajo en el aula es una de las mejores formas de interacción para fomentar el intercambio de información y el andamiaje intelectual y lingüístico. Muchas veces realizamos estas agrupaciones de manera informal (“hacemos grupos de cuatro”, “vosotros dos juntos” “con el compañero de al lado”) o con un objetivo determinado (mezclar alumnos de distintos niveles). Sin embargo existen otras técnicas que se pueden emplear. Podemos dividirlos distribuyendo diferentes carteles por la clase y que los alumnos se repartan por dichos carteles. Luego discutir con los compañeros del mismo grupo por qué han elegido ese grupo y no otro y una serie de fases posteriores para que los alumnos interactúen.
Otra actividad ideal para las primeras sesiones de clase, con el fin de crear lazos entre los miembros del grupo, consiste en escribir en una lista numerada el nombre de los miembros del grupo. Luego deben completar unos cuadros que contienen información (nacionalidad, aficiones, edad) con el nombre del compañero que tiene el número que se corresponde a cada cuadro (alumno número uno con el cuadro número uno) En parejas deben confirmar si la información que acompaña a cada nombre es correcta, si no lo es, deben corregirla. Finalmente tienen que presentar a la persona con la que han trabajado al resto del grupo, dando la información verdadera y cualquier otra que hayan descubierto sobre ella.
Me parece una actividad muy buena para romper el hielo en grupos cuyos miembros no se conocen. De esta manera pueden saber un poco más el uno del otro. Además puede dar lugar a situaciones divertidas, si por ejemplo la información que recoge el cuadro no se corresponde para nada con la información real del miembro del grupo al que le ha tocado dicho cuadro.
Grupos para congeniarLas actividades para que los grupos se definan pueden provocar la aparición de roces y discordias. Los miembros del grupo pueden tener prejuicios que deben ser tratados desde el principio de la formación del grupo y en fases posteriores si estos persisten. Para atajar estos problemas podemos usar actividades que fomenten la empatía entre los miembros del grupo.
Las actividades que propone el artículo consisten en ponerse en el lugar del otro. Por ejemplo rellenar un cuestionario pensando que eres un compañero del grupo (soy ________, de la tele me gusta __________, porque ____________ etc.) Luego deben comprobar si han acertado. Estas actividades también pueden servir para trabajar contenidos gramaticales, además, al ser enunciados personalizados implican afectivamente al estudiante en la realización de ejercicios de práctica mecánica.
Si bien esta actividad me parece interesante creo que hay que tener cuidado con los enunciados que presentamos, pues podrían da lugar a respuestas que ofendan o hieran al compañero. Por ejemplo, enunciados del tipo “Mi peor defecto es….” Y que el compañero responda algo como “que estoy muy gordo”, en especial si tenemos un grupo de adolescentes, pues su autoestima puede verse afectada con este tipo de cosas.
Grupos para trabajar: aprendizaje cooperativoLas actividades cooperativas pretenden aprovechar la interacción entre individuos con el fin de crear contextos favorecedores para la comunicación y la adquisición, ya que implican vacío de información, input comprensible mediante la interacción oral, implicación personal y afectiva, y andamiaje intelectual y lingüístico.
Sin embargo este tipo de actividades puede dar lugar a la dependencia negativa, es decir, que exista un apoyo excesivo de algún miembro del grupo en el trabajo de los demás. Podemos hablar de los principios de sinergia y el efecto de “holgazanería social”. El primero defiende que el esfuerzo total de varios individuos en grupo es mayor que la suma de los esfuerzos de dichos individuos trabajando de forma asilada. El segundo dice que los miembros de un grupo tienden a no invertir el mismo esfuerzo cuando trabajan en grupo que cuando lo hacen individualmente.Considero que ambos principios pueden darse, pero todo depende del tipo de grupo, aunque mi experiencia como alumna me dice que no todos los individuos invierten la misma cantidad de esfuerzo.
Como solución a esta dependencia negativa el autor propone atender a la formación de destrezas sociales, crear una dependencia positiva entre los miembros del grupo, asignar papeles y organizar los grupos.
Formar en destrezas socialesSe propone una actividad de debate en asamblea. Los alumnos discuten sobre un tema apropiado a su nivel en pequeños grupos. Después responden al cuestionario núm. 1. Se realiza la segunda parte del debate y responden al cuestionario núm. 2
Me parece un trabajo de reflexión por parte del alumno muy interesante. Sin embargo me queda la duda de ¿En qué lengua presentar el cuestionario? Si estamos en un grupo heterogéneo en cuanto a la L1 de los estudiantes, lo propio sería que realizaran el cuestionario en la lengua meta, pero debido a la naturaleza y complejidad de este, sería útil con grupos de un cierto nivel. Si los alumnos fuesen de un nivel más bajo quizá habría que adaptarlo. Si por el contrario estuviéramos ante un grupo monolingüe, cuya L1 es conocida también por el profesor, yo personalmente presentaría el cuestionario en la lengua origen de los estudiantes, pues probablemente se sientan más cómodos en su lengua y puedan expresar mejor sus reflexiones, que es el objetivo del cuestionario, más que un objetivo lingüístico.
Crear dependencia positivaTodos deben depender de todos, sin que nadie se sienta desplazado, se trata de fomentar la responsabilidad individual y la interdependencia positiva.La mejor manera para lograrlo es repartir las tareas, que cada alumno sea responsable de una parte del trabajo.
Asignar papelesDe manera natural los alumnos suelen asumir determinados papeles dentro del grupo. Es conveniente realizar alguna tarea cooperativa sin asignarlos y así poder determinar que estudiante adopta cada papel según sus rasgos personales y para ver si es necesario asignarlos de forma arbitraria en otras actividades. Si bien es conveniente que los papeles vayan rotando dentro del grupo para dinamizar el trabajo. Kagan (1990) define los siguientes papeles: monitor, animador, supervisor, secretario y responsable del orden.
Organización de los gruposLa organización de los grupos puede presentar problemas, sobre todo si se permite que los estudiantes se agrupen ellos mismos. Esto puede dar lugar a que se formen grupos fijos, lo cual puede llevar a una falta de aprovechamiento de las posibilidades que ofrece el mezclarse con otros estudiantes.Personalmente como docente no me gusta formar grupos, prefiero dar la oportunidad a mis estudiantes de agruparse con quién se sientan más cómodos o a gusto. Si bien es cierto que al final esto lleva a grupos fijos, que no necesariamente son los más provechosos. Esto también me ha sucedido como alumna, la mayoría de las veces formamos grupos con las personas a las que somos más afines en cuanto al carácter y no a la forma de trabajar. Quizás lo mejor sería una combinación de ambas, es decir, para algunas actividades concretas podemos organizar nosotros a los estudiantes y para otras dejar que ellos formen sus grupos.Otro factor a tener en cuenta y que no se menciona en el artículo es el espacio físico. La distribución física del aula es un factor importante a la hora de crear y trabajar en grupos. Por ejemplo, si estamos en un aula cuyos pupitres y asientos están anclados y en filas los alumnos tendrán más dificultades para hacer actividades en grupo.
Volviendo a la distribución de los estudiantes podemos organizarlos de manera informal (“Haz la actividad con quien tengas al lado”, “siéntate con la persona que lleve unos zapatos parecidos a los tuyos”, “ordenaos en grupos según estos colores”) o de manera más formal (con el uso de actividades o materiales que pueden servir además como práctica lingüística, por ejemplo: mediante tarjetas con el mismo dibujo, tarjetas con diferentes pares lingüísticos o culturales, objetos de colores en una caja, piezas de puzzle, intercambios lingüísticos)
Ejemplos de actividades cooperativasA continuación se proponen una serie de actividades que hacen uso de la cooperación entre estudiantes, algunas de ellas son actividades de vacío de información (un miembro del grupo tiene una información que el otro no tiene), actividades en parejas (entrevistas), role plays o escenificaciones, debates etc.Todas ellas pueden resultar muy productivas en el aula, además de fomentar una dinámica de grupo.
ConclusionesEsta lectura me ha resultado muy provechosa para la práctica docente. Tiene muy buenas propuestas de actividades que puedo utilizar en el aula. Me ha hecho ver qué aspectos no estaba trabajando bien con mis alumnos a la hora del trabajo en grupo y qué puedo hacer para solucionar estas dificultades. Es muy ilustrativa y directa ya que contiene ejemplos y no se detiene en teorizaciones y divagaciones. Es recomendable para profesores de idiomas o de cualquier materia en general, que sean noveles o bien que tengan ya experiencia. A los primeros les puede dar claves de cómo trabajar con dinámicas de grupo en clase, a los segundos les puede hacer replantearse su forma de trabajar hasta ahora, reflexionar sobre su grupo de clase y valorar qué cosas se están haciendo bien y qué cosas se pueden mejorar.