Dinámica de lo impensado

Once empates, diez derrotas y tan sólo dos triunfos son los que acumula Estudiantes de la Plata en los últimos 23 partidos jugados. Una cifra impactante para un equipo que venía acostumbrado a ser protagonista en el torneo que jugase.

Casualmente, el triunfo conseguido hoy frente a Arsenal por la Copa Sudamericana es el primero de la temporada y del ciclo de Miguel Ángel Russo como entrenador. Igualmente, de poco sirvió ya que el Pincha quedó fuera de la competición.

Es llamativo por varios motivos: calidad del entrenador, refuerzos de peso, club ordenado, y una estructura de equipo que venía haciendo buenas campañas. Al momento de buscar una explicación, la dirigencia parece ser la menos responsable y toda la presión recae sobre el cuerpo técnico y los jugadores que entran a la cancha. 

Juan Sebastián Verón, cabeza del grupo, no está en su plenitud física y actúa más afuera de la cancha que adentro. Incluso fue tema de debate su adhesión al Seleccionado Nacional como mánager luego de su retiro. Eso, quizás, lo mantenga fuera del foco de concentración necesario. Al igual que en el trato con el plantel.

La realidad marcaba que el club platense tenía nombres de sobra para afrontar las dos competencias. Sin embargo, deberá conformarse con el torneo Apertura, donde ha tenido uno de los peores arranques de los últimos años con sólo 2 puntos de 15 posibles.

Incluso, esta eliminación de la Sudamericana lo deja mal parado de cara a los próximos compromisos internacionales. En el acumulado para la Copa Libertadores suma 26 puntos, a 20 de los punteros que son Vélez y Lanus. 

El presente es negro, el futuro ¿quién sabe?. Dante Panzeri sostuvo categóricamente alguna vez que “el fútbol es la dinámica de lo impensado”, es decir: merecer un triunfo no significa ganarlo, y una superioridad, a priori, no sirve de nada. Qué mejor ejemplo que el que está dando Estudiantes.