Algunos creen que la moda de pigmentar la piel con dibujos es algo reciente pero lo cierto es que se han encontrado tatuajes de hace cuatro mil años en la costa de Chile, pertenecientes a la cultura Chinchorro, y la momia del “hombre de hielo” encontrada en 1991 en un glaciar de los Alpes (con una antigüedad de unos cinco mil años) presentaba más de setenta a lo largo de su cuerpo. Los antiguos egipcios, griegos y romanos se tatuaban. Los japoneses conocen la pigmentación de la piel al menos desde el siglo X a.C. y lo utilizaron para realizar marcas a los delincuentes, que se dibujaban encima motivos mitológicos para taparlas, siendo éste el origen de los tatuajes de los yakuza, que con frecuencia se extendían a toda su epidermis. En la India, Oriente Medio y Norte de África se utilizaba la henna, removible, para ocasiones especiales, como bodas. Occidente redescubrió el arte del tatuaje a raíz de la época de los grandes descubrimientos (Colón en América y Cook en Polinesia).
Serie de animales prehistóricos de "Calcomanías Ortega"
Durante mucho tiempo, el tatuaje se desarrolló en nuestro país esencialmente como una práctica carcelaria [1] o de determinados cuerpos militares, como la Legión, aunque su atractivo no escapó a la sociedad de consumo de la era del Baby Boom. Así, los que ya tenemos una edad nos acordamos del gran éxito de que gozaron en los 60 y 70 las calcomanías, impresas en una cartulina que se colocaba sobre la piel y se retiraba tras humedecerla a conciencia. Aquí te mostramos una serie que una de las principales casas especializadas de la época, Calcomanías Ortega, dedicó a los animales prehistóricos.
Tal vez como herencia de esos escarceos calcomaniacos, desde finales del siglo XX el uso con meros fines estéticos del tatuaje se ha universalizado. Cualquier motivo es bueno para estampárselo uno encima de por vida, aunque el tiempo termine por disminuir o incluso anular su atractivo en muchos casos. Los que a nosotros nos interesan son los de temática mesozoica, por supuesto. Y dada la vistosa e impactante imagen que ofrecen los dinosaurios, miles de personas les han cedido parcelas de su epidermis. Te traemos sólo algunas de las imágenes que más nos han gustado, pero la red está plagada de ellas, te animamos a seguir la búsqueda y, ¿quién sabe?, lo mismo encuentras algo que te gusta y te animas a tatuártelo.
Cualquier sitio es bueno para tatuarse un dinosaurio. Puede estar a la vista de todo el mundo por más ropa que uno se ponga u ocultarse en el pliegue más recóndito. He aquí algunas localizaciones que nos han llamado la atención.
Entre nuestros tatuajes favoritos están los diseñados para añadir movimiento a los dinosaurios, a modo de pequeño corto de animación. Doblar el brazo o la pierna puede conllevar que un saurópodo eleve su largo cuello o un stenonicosaurio (troodón era más corto, pero bueno) deje de husmear y se prepare para atacar a su víctima.
Los iniciados en el mundillo saben que esta galaxia tiene ya sus propias estrellas. Este mismo verano dedicamos este post a la artista rusa Ekaterina Krivkova. Pero hay otros tatuadores de fama internacional que han dedicado sus agujas a motivos mesozoicos, como Jota Paint, catalán que suele inspirarse en el arte callejero, Brian Woo a.k.a. “Doctor Woo” y el tejano Oliver Peck, que han tatuado a multitud de famosos en Hollywood, o el ucraniano Dimitri Samohin, amante de los diseños complicados y coloridos.
Jota Paint
Doctor Woo
Oliver Peck
Dmitri Samohin
-----[1] Ya en 1910, el criminólogo Rafael Salillas dio una conferencia sobre “El tatuaje y el destatuamiento” entre los presos de Barcelona. Los nazis lo usaron para marcar a prisioneros en los campos de concentración.