Dinosaurios despistados es una nueva serie de Netflix sobre una adorable familia de tiranosaurios y los atolondrados dinosaurios con los que conviven.
En 2014, Joel Veitch y David Shute charlaban en un pub londinense sobre la etimología del término dinosaurio que, según Veitch significa “lagarto terrible” en latín (todas las lenguas muertas son lo mismo para los británicos), lo que podía tener un doble sentido, como aterradores (el que suele utilizarse habitualmente) o como desastrosos, lo que quedaba mucho más propio a la hora de montar un show de humor.
Así que decidieron desarrollar esta idea junto al especialista en CGI (animación por ordenador) Alex Mallinson y el compositor Jamie Robertson y, en 2015, se estrenó el “documental” animado “Dinosaurs: Terrible Lizards” (2015), que fue presentado por un narrador al más puro estilo de Richard Attenborough. La recepción fue estupenda, así que decidieron realizar un producto más ambicioso.
En el Festival Internacional de Cortometrajes de Sao Paulo, Veitch conoció a Dan Dixon, que se animó a producirlo junto a Paul Schleicher, como primer proyecto animado de Snafu Pictures, y consiguieron venderle la moto nada menos que a la todopoderosa Netflix. Esta es la génesis de Bad Dinosaurs (aquí, Dinosaurios despistados), cuya animación ha corrido a cargo del estudio madrileño Able & Baker (2014), de Carlos Tschuschke y Ramón Giráldez, cuyo trabajo para Love, Death + Robots les había deslumbrado. Able & Baker es también responsable de la animación del largometraje animado alemán Dragon Rider (Tomer Eshed, 2020), de manera que el salto a los dinosaurios les ha pillado preparados. Aquí puedes ver muestras de estos y otros trabajos. Y aquí te dejamos con un trailer de Bad Dinosaurs: