Revista Cultura y Ocio
Si estos señores, defraudan a hacienda (o sea que roban al pueblo mismo) aprovechando el negocio de la visita papal, se podría decir que el viejecito del traje blanco no tiene ninguna culpa, como tampoco su jefe directo en el cielo (al fin y al cabo su reino no es de este mundo). Si la trama Gürtel obtuvo unos tres milloncetes de euros cuando los católicos se daban golpes de pecho y prometian ser personas mejores, tampoco esas humildes gentes tienen nada que ver con el asunto (aunque hayan votado por ellos y les sigan votando). En definitiva, mientras exista un jurado popular todos somos inocentes. ¡Viva España!