Cien mil millones de planetas solo en nuestra galaxia… Cien mil milones…
Este es el número mínimo que nos da un reciente estudio en el The astrophysical journal.
Uno al menos por cada estrella de nuestra Vía Láctea.O eso al menos han inferido un equipo de astrónomos liderado por el doctor Swift tras estudiar la estrella Kepler 32 y sus cinco exoplanetas, situados a unos 915 años luz de nuestro planeta. Esta estrella enana de clase M es el tipo estelar más abundante en nuestra galaxia, siendo hasta un 75% de este tipo.
Si aceptamos que estas enanas rojas son capaces de albergar sistemas planetarios en sus proximidades, y los datos que va recogiendo Kepler así lo indican, allá donde miremos en el plano de la vía láctea es difícil que no encontremos un planeta.
El telescopio espacial solo encuentra mundos que estén orientados correctamente entre su campo de visión y la estrella que observa, es decir si el planeta tiene una órbita diferente y no hace una ocultación del brillo de su estrella, el telescopio no lo detectará. Esto nos lleva a pensar que Kepler solo detecta un pequeño porcentaje de los sistemas planetarios que realmente deben existir.
Hasta el mes pasado esta maravilla de la tecnología humana ha registrado 18.406 eventos de posibles detecciones planetarias, y eso solo en 3 años de misión. De estos eventos habrá que descartar los falsos positivos y los fallos de medición. Aún así el número es increíble.
De este número se estima que al menos 262 mundos son candidatos a ser potencialmente habitables (se encuentran dentro de la zona de habitabilidad de sus estrella madre y su tamaño permite pensar en un planeta tipo rocoso y con atmósfera). si desglosamos más esta cifra, 4 serían del tamaño similar a Marte, 23 al de la Tierra y 235 serían supertierras.
Ahora mismo la “joya de la corona” de todos estos eventos es un planeta de tamaño terrestre que orbita alrededor de la estrella KIC-6210395 cada 231 días, recibe aproximadamente el 70% de la luz que recibe nuestro planeta del Sol y esta a una distancia adecuada para mantener una atmósfera estable y una temperatura que permita el agua en estado líquido.
Todo esto son datos, números que llegan a un ordenador que se encarga de interpretarlos adecuadamente. Tránsitos, estimaciones de brillo, medicion de masas,…. todo frío y esteril… hasta que nos damos cuenta de lo que realmente suponen. Estamos en una era maravillosa para la astronomía, damos los primeros vistazos a un universo repleto de mundos diferentes el uno del otro, orbitando estrellas grandes, pequeñas, con más luminosidad, con menos,sistemas dobles, triples,… el universo rebosa vida, y a principos del siglo XXI la humanidad empieza a ver signos indirectos que lo prueban. De lo contrario “¡cuánto espacio desaprovechado!”.