Revista Religión
Leer | Salmo 42.1-5 | ¿Cómo da Dios a conocer su presencia en las vidas de sus hijos? Aunque esta pregunta no tiene la misma respuesta para todo el mundo, Dios tiene varias maneras de hacerlo.
Por ejemplo, puede interrumpir un sueño profundo en medio de la noche. Muchas veces, yo me he despertado con la plena seguridad de que el Señor Jesús estaba allí conmigo, dándome respuestas a algunas inquietudes del día. ¿Lo vi o escuché una voz? No. Pero ¿sabía que estaba allí? ¡Claro que sí!
Dios también da a conocer su presencia por medio de la dirección instantánea. En cada paso del camino, y decisión tras decisión, Él nos guía adonde Él quiera que vayamos. Y, muy a menudo, el Señor se nos revela dándonos una palabra tan clara que sabemos, sin ninguna duda, que vino de Él. ¿Cuántas veces hemos estado leyendo un pasaje de la Biblia cuando, de repente, parece encenderse una luz en nuestra mente? El Espíritu Santo de Dios puede darnos una compresión repentina de una nueva verdad, o revelarnos claramente la solución en cuanto a una decisión difícil.
Otra manera en que Dios se manifiesta, es por medio de las tragedias de la vida. ¿Puede usted pensar en alguna oportunidad en que haya estado tan afligido que ni siquiera podía moverse, pero de alguna manera encontró las fuerzas y la valentía para seguir adelante, a pesar del sufrimiento? Es posible que se haya maravillado al descubrir esa fortaleza, y preguntado de dónde procedió. Vino de Aquel que está siempre dentro de nosotros, fortaleciéndonos. Lo único que tenemos que hacer, es decir: “Señor, te necesito en este momento”. Él está allí —siempre.
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