Revista Opinión
Hoy se han constituído las Diputaciones Provinciales, un órgano absurdo, innecesario más allá de una plataforma política que genera multitud de puestos políticos de donde se nutren los partidos para "colocar" los que llegan a esta historia sin oficio ni beneficio. No me gustan las Diputaciones porque me parece que su papel es preconstitucional y basado en un sistema provincial que hoy no cuenta y que ha sido superpuesto por los municipios, las mancomunidades o las regiones o comunidades autónomas. Ya sean del PSOE o del PP o de quién sea, me parece que la crisis económica debe hacer reflexionar a los políticos para que estas instituciones se integren en las mancomunidades o en los órganos más apropiados que ya existen, pero claro, cómo le vamos a pedir a ellos, a los que "comen" de esto, que se hagan el harakiri, difícil de convencer, no cabe duda. Sobran Diputaciones, pero igual ocurre con el Senado y con tanta duplicidad de puestos de asesores, jefes de gabinete y mamporreros de turno. Lo siento si soy cáustico (recuerdo del griego καυστικός, quemar), pero es que comparando esta noticia con la situación de nuestra deuda, de los recortes a los griegos, portugueses o irlandeses... y el papelito que hacen los mandatarios europeos como Merkel o Sarkozy, no puede uno sino darle arqueadas cuando ve la foto de arriba pensando además que se multiplicará por las más de cincuenta provincias de España. Alfredo Rubalcaba si quiere hacer un discurso rompedor, creible, de izquierdas, debiera abogar en su programa por una reforma constitucional que también incluyera esto, la reducción de las Diputaciones, aunque lo veo difícil.
La foto es de © La Voz
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