El sello de la imagen es de una serie sobre Aduanas, en concreto se trata del edificio de la antigua Aduana de Cádiz. Hoy nadie conoce a este edificio por ser una Aduana histórica sino por ser la sede de la Diputación Provincial de Cádiz. La Diputación es curiosamente conocida por las grandes exposiciones que en tiempo de bonanza se han realizado en "Palacio", aunque el objetivo de esta institución ha sido y son las pequeñas poblaciones de menos de 20.000 habitantes, ...a varias decenas de kilómetros de este "Palacio". La Diputación Provincial es una institución, que según algunos, se remonta a la misma Constitución de Cádiz de 1812, aunque sería más justo poner su fecha de nacimiento en el año 1836 donde se instituye el gobierno y la administración autónoma de la provincia. En España, la Constitución de 1978 que instauró un nuevo modelo de territorialidad basado en las Comunidades Autónomas, dejó el lastre de esta institución haciéndola convivir juntas, la región y la provincia. Actualmente todas las provincias españolas siguen con Diputaciones, con excepción de las comunidades autónomas uniprovinciales, las provincias vascas y las insulares. En realidad las Diputaciones permanecen con pocas competencias pero infladas de personal y presupuesto. Ahora en tiempo de vacas flacas el número 2 del PSOE, el compañero José Blanco se ha atrevido a decir que las Diputaciones pueden ser absorvidas por la administración autónoma y claro, más de uno se ha puesto a temblar. Yo apoyo totalmente a Blanco, de hecho me ha sorprendido gratamente. Porque las Diputaciones hoy son reductos de caciquismo, clientelismo y amiguismo,... en muchas, son públicas las críticas, el gobierno de turno con su presidente al frente, reparte premios y recompensas entre sus fieles y se despreocupa de los que no interesan politicamente. Pero curiosamente ninguno de los dos partidos mayoritarios quieren perderse ese "chollo".Junto con Blanco (que no parece muy respaldado por su partido, mi partido), Izquierda Unida también ha solicitado la eliminación de las diputaciones provinciales como política fundamental para avanzar hacia la necesaria reordenación del territorio en la dirección de la comarca, garantizando de esta forma los servicios básicos y necesarios en todas las localidades, sin tener que depender de una institución provincial que representa el pasado. Además, hoy que se habla de austeridad no podemos seguir duplicando cargos y administraciones, cuando ya bastante duplicamos por no querer ser valientes y apostar por un Estado totalmente federal. No me extraña que algún Presidente de Diputación se haya puesto nervioso, pero aún más todos los cargos de confianza que viven de "asesorar" sabiamente al señor Presidente.
Postdata: Mi amiga Tatiana Sánchez, que fue diputada provincial, se confiesa sobre el tema en su blog, léanlo.