No lo llames “viaje astral”. Utiliza cualquier otro nombre, etiquétalo cómo quieras pero nada de desdoblamientos y planos astrales… Yo sólo me duermo y antes de hacerlo, me concentro en el lugar al que quiero viajar y cuando se me cierran los ojos, ya estoy allí. Pensarás que, simplemente, recuerdo mis sueños y que, de alguna forma inexplicable, puedo programarlos pero, aunque hay una parte de verdad en eso, no es “eso”…
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Relato : Dirección IP
en La Fábrica.