Revista Opinión
Ayer en El País, un artículo sensacional, me ha pisado la entrada que tenía prevista. Tenía pensado hablar del aborto, palabra que en el fondo oculta el derecho a la libertad de reproducción de las personas, el derecho a la libre interrupción del embarazo. Porque curiosamente siempre que me he manifestado en favor de este derecho, son muchos y muchas las que me dicen que cómo yo defiendo el aborto al tener una hija con síndrome de down. Y parece, porque es la imagen que los conservadores han transmitido de esta cuestión, que la gente que está a favor del aborto estarían a favor de practicar personalmente el aborto. Los derechos son derechos para ejercerlos libremente cuando las situaciones personales, emocionales, te sitúan ante la perspectiva de tener que tomar una determinada elección. El aborto ha existido en todas las civilizaciones, con todos los regímenes y con todas las religiones. La doble moral de personas como el actual ministro Gallardón es un auténtico disparate pero sobre todo es una agresión a muchas familias que llevan el sufrimiento de haber pasado por situaciones muy desagradables para ellas. Porque además es el Partido Popular el que ha frenado, donde ha gobernado, la Ley de protección a las personas con dependencia, porque este Gobierno ha reducido las ayudas sociales para las familias que tienen hijos con problemas, algunos tan graves como el de la espina bífida abierta o los chicos con parálisis cerebral. Es un Gobierno que se preocupa de los espermatozoides, más que de las personas que nacen con discapacidad. Señor Gallardón déjese de utilizar el rancio lenguaje de la protección a los más débiles cuando ya sabemos que en su clase, ustedes, siempre mandaron a sus señoras a Londres a abortar. Por favor no jueguen con los sentimientos. Tengo una hija con discapacidad, o simplemente diferente, y el derecho al aborto no es corta pisa para que cada familia tome la decisión de vivir su circo como quiera, pero no nos imponga los leones ni los payasos. Ya sabremos nosotros decidir, deje decidir a las mujeres y mejor dedique sus esfuerzos a arreglar la Justicia y no distraiga la incompetencia de un Gobierno que ha hundido a España en tan poco tiempo y con tanta intensidad. Y recuerde que los Gobiernos están para resolver los problemas no para castigarnos con imposiciones, somos ciudadanos no vasallos.