Hace unos meses que conozco a una mujer que está realizando una pequeña labor con una recompensa muy grande: CAMBIAR EL MUNDO.
Ella está formando a padres sobre la Disciplina positiva. Yo, que ando siempre buscando alternativas saludables para educar a mis hijos y que, incluso me estoy reeducando a mi misma desde que soy mamá, era un tema que me interesaba mucho.
Así que, no dudé ni un segundo en liarla para que, no solo me explique a mi, si no para compartir en el blog de vitamina D los principios básicos con los que ella ha decidido dejar de buscar culpables o excusas y comenzar a encontrar soluciones.
Mediante unas bases para mejorar la sociedad en general y nuestra familia en particular, encuentra soluciones, dentro de esta época que estamos viviendo de prisas, competitividad… para celebrar el cambio a nuestro alrededor.
Maria Camila Puerta es colombiana y es madre de dos pequeños: Xaloc de 8 años y Laia de 3. Actualmente vive en Menorca. Es psicóloga, coach de familia y educadora de padres y madres en Disciplina Positiva.
Hace un par de años que fundó Menorca Positiva. Inspirada en acompañar a padres y madres en el trabajo mas importabte de nuestras vidas, ser los mejores guías de nuestros hijos.
Ella es tan especial, que nos descubre su alma y nos cuenta que le ha llevado a formarse y ejercer este tipo de educación. No te pierdas lo que ha compartido en este post. Una reflexión que, como padres, todos deberíamos hacer.
DISCIPLINA POSITIVA
En nuestro mundo agitado e hiperactivo, poco tiempo tenemos de parar y analizar las herramientas con las que contamos para educar a las nuevas generaciones, usamos entonces las herramientas heredadas, útiles quiza (y mas bien quizá no) en otro momento cuando la sumisión era aceptada por grupos minoritarios, mujeres y niños.
Cuando llegó a mi vida un hermoso bebe, seguí instintivamente una crianza de apego. Los años pasaron y el bebé evolucionó en un nene inquieto, feliz e inteligente que como las masas se negó a la obedencia.
Tuve que buscar entonces en mi “caja de herramientas de crianza” que era lo que tenia a la mano. Me encontré entonces con que tenía “serruchos” para quitar privilegios, “grapadoras” para enganchar premios y elogios, “martillos” para pegar gritos y golpes, “metros” para medir y comparar.
No era una “caja de herramientas” amistosa o respetuosa realmente, pero sin ellas simplemente me encontraba sin herramientas y me aterraba no tener con que construir un adulto para el futuro.
Y como minero en la busqueda del oro, minusiosamente busqué bajo cada piedra, encontrandome primero a mi y entendiendo luego que la obediencia no era mi meta, luego me topé con herramientas respetuosas y amorosas que se basaban en la capacidad ya existente del niño de ser social, de querer pertenecer y ser amado, herramientas que creen que el niño es bueno por naturaleza y solo necesita guia, amor y firmeza:
La Disciplina Positiva hizo que tirara la vieja “caja de herramientas” que buscaban formar y me permitió guiar a mi hijo en su crecimiento natural y perfecto.
La disciplina positiva está basada en varios conceptos:
- Transmitir el mensaje del amor y respeto, creando sentido de conexión y pertenencia.
- Ser firme y amable al mismo tiempo.
- Identificar las creencias detrás del comportamiento. Una disciplina efectiva es aquella que entiende las razones por las cuales los niños hacen lo que hacen y trabaja en cambiar esas creencias, en lugar de tratar simplemente el comportamiento.
- Aprovechar los errores como oportunidades de aprendizaje.
- Permitirle a los niños explorar las consecuencias de sus decisiones (a través de preguntas curiosas) en lugar de consecuencias (una forma de castigar disimulada) para que paguen por sus errores.
- Enfocarse en soluciones: Involucrando al niño en la creación de ellas.
- Enseñarles habilidades interpersonales e intrapersonales como: Autodisciplina, autocontrol, autoevaluación, cooperación, comunicación asertiva y empatía hacia los demás.
- Invitar a los niños a percibirse como una persona capaz con un propósito de vida. Anima el uso del poder personal y autonomía.
- Fomentar la motivación intrínseca.
En definitiva, las bases que Camila nos cuenta no son más que situaciones en las que nos planteamos cómo nos gustaría que nos trataran a nosotros mismos: Empatía, ayudar a expresar y a buscar soluciones, critica constructiva, confianza…
Simplemente en una situación junto a tu pequeño, puedes plantearte si a ti te gustaría que te trataran como tu vas a tratarlo en ese momento. Cuenta hasta dónde haga falta ;) y piensa en cómo reaccionarias tu y qué te ayudaría más.
Como lanza Camila en su web, la pregunta es: ¿Te arriesgas a ser el cambio que deseas a tu alrededor? Tanto a ella, como a mí, nos encantará que compartas tus ideas y conclusiones en los comentarios del post.
Si tienes cualquier duda, puedes planterla tambien, para que Camila pueda prepararnos un nuevo post :) ¿A que si?