Propuesta interesante ya de entrada la de estos australianos que ponen a disposición del gran publico su primer largo. Un disco mestizo de todas las facetas del pop y rock actual, que salen a rebufo -aunque no me atreviria todavía a decirlo en cuanto a sonido- de esa remesa que un dia lideraron Architecture in Helsinki o The Go-Betweens.
Explorando el contenido del trabajo uno detecta rápidamente esas guitarras de Explosions in the Sky algo menos densificadas y arreglos de viento a lo The Most Serene Republic, pero sin las rítmicas complejas de éstos. Dead Nationale, la apertura del álbum, es ejemplo perfecto: la bateria al final conduce el tema instrumental por una base más propia de The Strokes. Pero realmente, donde se aprecia todo el potencial del grup es en el segundo corte, Hunters. Una entrada en piano anticipa una explosión sonora digna de algunos pedazos enérgicos de Sigur Rós y Arcade Fire en una combinación chico/chica fabulosa.
A partir de ahí -un poco la lástima o no- existe el mimetismo con bandas como Two Doors Cinema Club en pistas como Past Lives, o en algunas pinceladas a Athlete, en el uso de sonidos sintéticos. Incluso me atreviría a apuntar a un homenaje a The Postal Service en Invaders (Review). Atención, que no dejan de ser buenas referencias.
De hecho, la coexistencia de los sonidos electrónicos con los salidos de instrumentos reales hace que el trabajo no pierda interés en su recorrido. La etérea Springboarder se continua de una preciosista Lung Full Of Light de vocales en clave femenina. Y las dos últimas pistas, algo más oscuras pasan del uso de baterias reales a un loop propio de los 90 sin despeinarse.
En definitiva, otra banda a la que no le queda más remedio que entender que sus raíces son ya las que se han escrito en los CDs de estos últimos 20 años, y que sin pudor pueden usar y tergiversar a su voluntad.