Viendo el título ya podíamos adivinar que algo retro sería este disco, ya que anda que no ha llovido desde que oía esa expresión; y la portada tampoco engaña con el contenido del mismo.
Temática mayormente hedonista y jovial, cosa de agradecer en los tiempos que corren, que nos transporta directamente a los 80's, pero a personajes esenciales como Santiago Auserón y sus primeros Radio Futura en canciones como el single Calor; de esas tan pegadizas que recordamos de La Vuelta Ciclista de cuando eramos peques como la impepinable Templo.
Temazos que son puro Tino Casal (solo por reivindicar su sonido merecen mi respeto más enorme) en Ritual, o Despeinados, quizás la más redondísima del disco, al menos para la pista de baile, con todo lo que es decir eso con la cantidad de temones por surco cuadrado que se cascan.
También noto huellas, quizás por la voz aunque también por producción, a los tortosinos Dragón Rapide, evidente sobre todo en Confusión y en Amantes de fuego, aunque seguro que jamás les llegaron a escuchar, ya que no tuvieron la repercusión merecida en su momento.
Recuperan con sonido renovado clásicos de su repertorio como No gires, adictiva hasta decir basta; y Radiactivo, una destroza-caderas de las que hacen historia, ganando fuerza y brío con el cambio, y que hacen que pase por mi cabeza que tal hubieran quedado en la peli Footloose, por ejemplo (la antigua).
Un trabajo redondo, de esos que te salvan un día malo, de esos que te activan las noches que sales amuermado, y seguro que muchas de mis sesiones de pinchadiscos, ya que tengo para elegir un buen puñado.