Género: Brit Pop para un viernes nublado en Buenos Aires
Al igual que los equipos de fútbol, a los Blur los mató la gira que emprendieron por Estados Unidos en 1992, después del éxito de su primer álbum "Leisure". El gran país del norte estaba copado con el Grunge y aquella experiencia resultó un desastre, artística y comercialmente.
Resentidos contra todo lo "norteamericano" (y contra el éxito de Suede) los Blur volvieron a su patria con un renovado amor por lo idiosincráticamente británico. De ahí que las nuevas letras de Damon Albarn se inspirasen ahora en pequeñas viñetas pueblerinas y una mordaz crítica a la clase media, a la manera de Ray Davies.
Pero la lírica no fue lo único que Blur tomó de los Kinks: en "Modern life is rubbish" el grupo abandonó las influencias Shoegaze que arrastraba de comienzos de los 90 para concentrarse en el formato pop con guitarras y juegos vocales bien al frente. Un renacimiento (bastante conciente por parte de Albarn) de la canción pop inglesa de los 60, con algunos toques, por qué no, del caracter agridulce de las canciones más sociales de Paul Weller al frente de The Jam.
Inicialmente "Modern life is rubbish" (una especie de "Village Green Preservation Society" actualizado) iba a estar producido por Andy Partridge de XTC, pero la química entre el productor y el grupo no funcionó. Allí volvió a entrar en escena el célebre Stephen Street y tras idas y vueltas con la compañía grabadora, finalmente el 10 de mayo de 1993 salió a la calle el demorado segundo álbum de Blur.
El cambio musical (al que el sello tildó de "suicidio comercial") era evidente: más enfocados en los tres minutos pop, contando historias, trazando cuadros de época. Algo que el grupo perfeccionaría en los sucesivos "Parklife" y "The great escape".
"For tomorrow" es la quintaesencia de Blur: ritmo cansino, un Albarn que parece eternamente aburrido y las guitarras de Grahan Coxon texturando entre el riff y las armonías. "Advert" adelanta las dinámicas de "Song 2" y sobre el final "Turn it up" es un latigazo guitarrero con coros sacados del mejor Power Pop. "Modern life..." es, a su manera, el disco más netamente guitarrero de Blur.
Y dicho sea de paso, los Blur pertenecen a esos grupos donde los hit singles coinciden con sus mejores temas. No es casual, si pensamos en aquella búsqueda pop ya mencionada.
En esa veta aparecen la psicodélica "Chemical world", los aires de vaudeville de "Sunday sunday" (tal vez la más "Kinks" de todas: un comentario cínico sobre la siesta y el paseo dominical en familia) y más allá otro relampagazo de guitarras con "Pop scene", trompetas y fanfarría incluidas. Hacer buena música, para Albarn y compañía, siempre consistió en hacer buenos temas, que se queden grabados en el incosciente pop contemporáneo.
El resto de los temas acompaña bien: los mid tempos corales "Colin Zeal" y "Blue jeans", pequeños ensayos pop atemporales ("Star shaped") y hasta un instrumental con aires a broma de pub ("Intermission"). Aún sin la preclaridad ni la inspiración de su lado el 100% del tiempo, el disco abunda en buenos pasajes, despreocupadamente atemporales. "Modern life is rubbish" son los primeros palotes de la explosión pop que tuvo lugar con "Parklife". Menos variado e inspirado que aquél, aunque con sus propios encantos.
BlurDamon Albarn, Grahan Coxon, Alex James, Dave Rowntree.
Discografía
Leisure (1991)- Modern life is rubbish (1993)- Parklife (1994)- The great escape (1995)- Blur (1997)- 13 (1999)- Think tank (2003).