Hay que creer en el Destino a pies juntillas y no luchar contra él; como tampoco se debe contrariar a la Mentira, esa amiga con ojos de barón en celo, penetrantes, violentos, creyéndonos así, metidos de hoz y coz, el error sobre el cual descansa el artificioso préstamo de nuestras existencias.

La Mentira nos quiere lejos, pero no tanto. Pongamos algo de nosotros mismos a jugar al pasatiempo del Azar y reconozcamos que engañarnos, al final, nos conduce a ese callejón sin salida donde la imagen del espejo nos pierde el respeto y sonríe.
Estamos cuajaditos de debilidades, como leprosos, impíos irredentos que sollozan al presentir la liberación ecuánime de la Muerte, y adorar, en estas condiciones, a la Perfección es algo tan patético como hincar la rodilla en el suelo y continuar luchando contra el reflejo de Nadie.

¡Nacimos ya derrotados y extraviados!
¡Matémonos amándonos! Pues…
Hay, de verdad, libros serios de los que se sirven desahuciados para argumentar su derrota. Creo que está todo servido, todo queda aclarado en esta afirmación, así, en gramática, en significado profundo y rotundo; quien no desee entender ni comprender, escuchar u oír, que prosiga engañándose y sintiendo la rendición como la batalla que los otros pierden al vivir.
¡Más reses precedidas de traición!
_________________________
Music : John Adams – Rattle – Harmonielehre
song : Harmonielehre: Part I