Muchas enfermedades humanas, incluidas las enfermedades autoinmunes como la artritis, el lupus o la enfermedad inflamatoria intestinal, se caracterizan por un exceso de inflamación. El sistema inmunológico produce muchas moléculas antiinflamatorias muy potentes, pero a menudo son frágiles, de corta duración y carecen de propiedades similares a las de las drogas. La interleucina-37 es una de esas moléculas producidas por el cuerpo para apagar la inflamación.
Un equipo de investigación multidisciplinario del Instituto Hudson de Investigación Médica, el Instituto de Descubrimiento de Biomedicina de la Universidad de Monash (BDI) y el Departamento de Pediatría de la Universidad de Monash ha aprovechado su plataforma de fusión Fc para diseñar la próxima generación de interleucina-37, que conservara la potencia antiinflamatoria, continuara muy estable y tendra una excelente similitud terapéutica. El objetivo final puede traducirse en futuros tratamientos para los pacientes.
Los hallazgos de la investigación se han publicado hoy en la revista Cell Chemical Biology.